Corte Suprema de EE.UU. facilita demandas por discriminación “inversa” en el trabajo
Personas de grupos mayoritarios podrán presentar demandas por discriminación “inversa” en el ámbito laboral.

La Corte Suprema de Estados Unidos emitió un fallo unánime (9-0) que facilita a las personas de grupos mayoritarios —como blancos o heterosexuales— presentar demandas por discriminación “inversa” en el ámbito laboral. La decisión, escrita por la jueza liberal Ketanji Brown Jackson, anuló un fallo previo que había desestimado el caso de Marlean Ames, una empleada de Ohio que alegó haber sido discriminada por su orientación sexual heterosexual.
Este fallo redefine los requisitos para probar discriminación bajo el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964, eliminando obstáculos legales adicionales que antes solo aplicaban a grupos mayoritarios.
El caso de Marlean Ames: Discriminación por ser heterosexual
Marlean Ames, una empleada del Departamento de Servicios a la Juventud de Ohio, demandó a su empleador en 2020 alegando que fue pasada por alto en un ascenso y degradada en favor de dos compañeros homosexuales, a pesar de estar mejor calificada.
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Ames argumentó que, como mujer heterosexual, fue discriminada en violación del Título VII, que protege contra la discriminación por sexo, raza, religión y orientación sexual. Sin embargo, un tribunal inferior había desestimado su caso, aplicando un estándar más estricto para demandantes de grupos mayoritarios.
El problema legal: Un doble estándar en las demandas por discriminación
Algunos tribunales, como la Corte de Apelaciones del 6º Circuito, exigían que los demandantes de grupos mayoritarios demostraran “circunstancias excepcionales” para probar discriminación, un requisito que no aplicaba a minorías.
La Corte Suprema rechazó este enfoque, señalando que el Título VII protege a todos los individuos por igual, sin distinción entre grupos mayoritarios o minoritarios.
El Congreso no dejó margen para que los tribunales impusieran requisitos especiales solo a los demandantes de grupos mayoritarios”, escribió la jueza Jackson.
Implicaciones del fallo: ¿Qué cambia ahora?
Este fallo unifica los estándares para probar discriminación laboral, eliminando tratos diferenciados basados en la pertenencia a un grupo social. Ahora, cualquier empleado —sin importar su raza, género u orientación sexual— deberá cumplir los mismos requisitos para presentar una demanda.
Las empresas deberán revisar sus políticas de contratación y promoción para evitar acusaciones de discriminación.
Se podrían incrementar las demandas por discriminación “inversa”, especialmente en casos donde empleados de grupos mayoritarios sientan haber sido tratados injustamente.
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