“Muerte a los árabes”: Nacionalistas israelíes marchan en Jerusalén coreando consignas antiárabes
La policía reportó la detención de varias personas sin especificar cargos.
Grupos de jóvenes judíos ultranacionalistas participaron este lunes en la tradicional marcha por el Día de Jerusalén, recorriendo barrios musulmanes de la Ciudad Vieja mientras coreaban frases como “muerte a los árabes” y “que tu aldea arda”, desatando preocupación por posibles estallidos de violencia en una ciudad ya marcada por la tensión tras casi 600 días de guerra en Gaza.
El evento, que conmemora la captura israelí de Jerusalén Este durante la Guerra de los Seis Días en 1967, volvió a evidenciar las fracturas sociales y políticas que rodean a la ciudad santa, considerada sagrada por judíos, cristianos y musulmanes.
Seguridad reforzada y enfrentamientos verbales
Antes del inicio de la marcha, comerciantes palestinos cerraron sus tiendas y la policía israelí desplegó un fuerte operativo en los callejones de la Ciudad Vieja. Según testigos, en momentos del recorrido algunos agentes celebraron al reconocer a manifestantes, mientras otros intentaban prevenir incidentes violentos.
Voluntarios de grupos propaz como Standing Together y Free Jerusalem intentaron interponerse entre los participantes de la marcha y residentes locales para reducir el riesgo de confrontaciones. A pesar de ello, se registraron intercambios verbales entre manifestantes y habitantes palestinos.
La policía reportó la detención de varias personas sin especificar cargos, y afirmó que actuó “rápidamente para prevenir violencia, confrontaciones y provocaciones”.
Legisladores israelíes irrumpen en complejo de la ONU
Durante la jornada, un pequeño grupo de manifestantes, incluyendo a la legisladora Yulia Malinovsky, irrumpió en un complejo en Jerusalén Este perteneciente a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA). Según Roland Friedrich, coordinador de UNRWA en Cisjordania, los manifestantes treparon la puerta principal del edificio frente a la policía israelí sin que esta interviniera.
El complejo ha estado mayormente desocupado desde enero, cuando el personal fue instruido a no trabajar allí debido a preocupaciones de seguridad. La ONU ha reiterado que el recinto sigue bajo su control y está protegido por el derecho internacional. Hasta el momento, no ha habido declaraciones oficiales de la policía israelí respecto a este incidente.
Tensión en el Monte del Templo: visitas y rezos reavivan el debate
Otro foco de tensión se dio en el complejo religioso donde se encuentra la Mezquita de Al Aqsa, conocido por los judíos como el Monte del Templo. Allí se presentaron el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, y otros legisladores israelíes.
Ben-Gvir, figura clave del ala ultraderechista del gobierno, afirmó que el número creciente de visitantes judíos representa una “celebración” del Día de Jerusalén. “Hoy, gracias a Dios, es posible rezar en el Monte del Templo”, declaró. Aunque oficialmente está prohibido que los judíos recen en el lugar, su presencia y oraciones han ido en aumento, lo que para los palestinos representa una erosión del frágil statu quo vigente desde 1967.
La oficina del primer ministro, Benjamin Netanyahu, asegura que no ha habido cambios oficiales en ese acuerdo, mientras que la policía indicó que la marcha no ingresó al sitio sagrado.
Jerusalén: símbolo dividido de identidades en conflicto
Para muchos israelíes, el Día de Jerusalén representa un momento de unidad nacional y recuperación histórica, especialmente por el acceso al Muro Occidental. Sin embargo, para los palestinos, la jornada simboliza el inicio de una ocupación que permanece sin reconocimiento internacional.
La anexión de Jerusalén Este por parte de Israel no ha sido reconocida por la comunidad internacional. Los palestinos aspiran a establecer en esa parte de la ciudad la capital de un futuro Estado independiente.
En años recientes, la marcha del Día de Jerusalén ha sido protagonizada por jóvenes religiosos y nacionalistas, y se ha caracterizado por actos de provocación y violencia verbal contra la población palestina local, lo que ha generado llamados a la moderación por parte de organismos internacionales y defensores de derechos humanos.