Israel anuncia nueva campaña militar en Gaza: pretende “conquistar” el territorio palestino
La ofensiva incluye el despliegue masivo de reservistas y operaciones coordinadas en terreno.

A principios de esta semana, se anunció que Israel ha puesto en marcha una nueva campaña militar en la Franja de Gaza, cuyo objetivo declarado es la “conquista” del territorio palestino.
El gabinete de seguridad israelí aprobó de forma unánime este operativo para intensificar la ofensiva contra Hamas. La decisión se tomó en el contexto de una escalada que comenzó tras el ataque del 7 de octubre de 2023, lo que ha llevado a la movilización de decenas de miles de reservistas para reforzar las operaciones militares.
El plan militar contempla un ataque coordinado y el desplazamiento interno de la mayoría de los habitantes de Gaza. La estrategia, diseñada según las autoridades militares y expresada por el jefe de las Fuerzas de Defensa, Eyal Zamir, implica reubicar a gran parte de la población hacia el sur del enclave.
Aunque el argumento oficial es que esta medida busca proteger a los civiles al alejarlos de las zonas de combate, en la práctica permite a Israel establecer un control más estricto sobre el territorio en disputa.
La campaña se desarrolla en un contexto marcado por décadas de conflicto, donde el bloqueo y el asedio a Gaza han impuesto condiciones extremadamente duras a sus cerca de 2.4 millones de habitantes.
Organizaciones humanitarias y agencias internacionales han expresado su alarma ante el riesgo de que esta ofensiva provoque aún más víctimas y agrave la ya crítica situación humanitaria. Muchos temen que el desplazamiento forzado, sumado a nuevos enfrentamientos, pueda desencadenar una catástrofe con consecuencias irreparables para la población civil.
En el terreno político y diplomático, la medida ha generado intensos debates. Por un lado, las autoridades israelíes sostienen que la ofensiva es indispensable para derrotar a Hamas y restablecer la seguridad en la región; incluso se ha abierto una ventana para negociaciones, especialmente en lo que concierne a la liberación de rehenes capturados durante los ataques de octubre pasado.
Por otro lado, diversos actores palestinos y organizaciones internacionales critican enérgicamente el plan, al que acusan de constituir un “chantaje político” que, a largo plazo, podría perpetuar el ciclo de violencia y el sufrimiento de los civiles.
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