Debate por cambios de nombres: Trump impulsa modificaciones geográficas controvertidas
Un ejemplo reciente es el caso del lago Bde Maka Ska en Minnesota, que anteriormente se llamaba Lake Calhoun.

ESTADOS UNIDOS.- El presidente Donald Trump emitió una orden ejecutiva que busca cambiar el nombre del Golfo de México a “Golfo de América” y del Denali de Alaska, el pico más alto de Estados Unidos, de vuelta a “Monte McKinley”.
Esta decisión ha generado una ola de críticas y debates tanto a nivel nacional como internacional, según reseña The Conversation.
Proceso formal y antecedentes históricos
Cambiar el nombre de un lugar en Estados Unidos no es un trámite menor.
Estas modificaciones suelen iniciar a nivel local y requieren la aprobación de diversas autoridades antes de ser oficializadas por la Junta de Nombres Geográficos, que depende del Servicio Geológico de Estados Unidos.

Este organismo estandariza los nombres de lugares en el país, asegurando coherencia en mapas y documentos oficiales.
Un ejemplo reciente es el caso del lago Bde Maka Ska en Minnesota, que anteriormente se llamaba Lake Calhoun.
Aunque tomó varios años y enfrentó oposición, finalmente se oficializó el cambio en 2015, reconociendo la tradición indígena de los nativos Dakota.
Por otra parte, la montaña Denali, originalmente llamada Mount McKinley en honor al presidente William McKinley, volvió a su nombre ancestral en 2015.
Este cambio fue liderado por Sally Jewell, secretaria del Departamento del Interior bajo la administración de Barack Obama, quien argumentó que “Denali reconoce el carácter sagrado de la montaña para los nativos de Alaska”.
La propuesta de Trump y sus implicaciones
En su orden ejecutiva, Trump pidió a la Junta de Nombres Geográficos “honrar las contribuciones de los estadounidenses visionarios y patriotas” y reconfigurar los procedimientos actuales para reflejar estos valores.
El 24 de enero de 2025, el Departamento del Interior anunció que el “Golfo de México” será rebautizado como “Golfo de América” y el Denali volverá a llamarse “Monte McKinley”. Según el comunicado, los cambios “entran en vigencia de inmediato para uso federal”.
¿Qué pasa con las aguas internacionales?
Aunque Estados Unidos puede cambiar el nombre en sus mapas y documentos oficiales, el Golfo de México no está completamente bajo su jurisdicción.
Más allá de las primeras 12 millas de costa, estas aguas son internacionales. Esto complica la implementación global del nuevo nombre, ya que no existe un organismo internacional que regule la nomenclatura geográfica.
Reacciones de líderes y expertos
Los senadores de Alaska, así como figuras prominentes del estado, han expresado su rechazo al cambio de nombre del Denali, argumentando que ignora el valor cultural y la historia de los pueblos nativos.
Asimismo, el intento de renombrar el Golfo de México enfrenta resistencia por su simbolismo y potencial impacto en las relaciones diplomáticas con otros países.
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Por su parte, los expertos aseguran que, aunque los nombres oficiales tienden a adoptarse en los mapas internacionales, no hay obligación para las empresas cartográficas de usarlos si consideran que los nombres previos son más reconocidos globalmente.
Controversias legales
En el caso de los cambios internos, como los de lagos o montañas dentro de las fronteras de Estados Unidos, existe la posibilidad de que los opositores recurran a los tribunales.
Esto ya ocurrió con el lago Bde Maka Ska, donde la Corte Suprema de Minnesota validó el cambio tras una batalla legal.
Sin embargo, los cambios que involucran zonas internacionales, como el Golfo de México, plantean desafíos adicionales, ya que dependen del reconocimiento por parte de otros países.
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