Las falsas Crumbl Cookies de Australia, una estafa para los fans
Con una ambigua publicidad, los dueños de la tienda aclaraban de cierta manera que no eran una tienda oficial pero sin destacarlo.
Las galletas más famosas del mundo en 2024 han impactado a todas las redes sociales con una estrategia de marketing que han convertido a las Crumbl Cookies en un fenómeno internacional.
Aún con el gigantesco éxito de la marca, las franquicias del Crumbl Cookies no han salido de Estados Unidos, algo que ha provocado que cientos de viajeros adquieran las galletas, ya sea para probarlas o para venderlas.
Este fenómeno llegó a Sidney, Australia donde cientos de fanáticos de Crumbl Cookies se llevaron una sorpresa al ver que una supuesta franquicia de la marca había recorrido el mundo para llegar a su ciudad, pero con un resultado que dejó bastante que desear.
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Una estrategia de marketing que engañó a todos
El llamado “pop-up” convocó a cientos de personas a través de redes sociales, utilizando una estrategia de marketing que imitaba los materiales oficiales de Crumbl Cookies.
Con una ambigua publicidad, los dueños de la tienda aclaraban de cierta manera que no eran una tienda oficial pero sin destacarlo, algo que provocó que muchos asistentes creyeran que estaban comprando productos legítimos de Crumbl.
Cuando los asistentes llegaron a la tienda se encontraron con unos precios exorbitantes a los que eran habituales en Estados Unidos. Las galletas costaban $17.50 dólares cada una, superando los $5 dólares de precio que mantienen en las tiendas oficiales.
Las galletas eran de mala calidad
Las galletas, que costaban no solo estaban muy por encima de su precio habitual en Estados Unidos, sino que también llegaron a los compradores secas y rancias, tras haber sido horneadas cinco días antes y transportadas desde Hawái.
Los organizadores explicaron que su intención era simplemente compartir la experiencia de Crumbl con los fanáticos australianos, y para ello invirtieron más de $10,000 USD en vuelos y en las galletas, según documentos que proporcionaron.
Las explicaciones no bastaron para los clientes que se sentían estafados después de haberse formado por horas en largas filas para luego ser decepcionados por el mal sabor del producto. Los clientes describieron las galletas como “secas” y “demasiado dulces”, y las redes sociales estallaron con críticas hacia la calidad del producto y la aparente estafa.
Una de las críticas más virales provino de una influencer australiana que gastó $150 AUD en 10 galletas y las comparó con productos de una venta de pasteles escolares, desatando una ola de burlas y críticas sobre la situación.
La respuesta de Crumbl Cookies
Por su parte, la marca estadounidense Crumbl Cookies emitió un comunicado aclarando la nula relación con el emprendimiento emergente de Australia.
Sawyer Hemsley, cofundador de la marca, comentó en redes sociales que los fanáticos australianos deberían probar las galletas frescas en Estados Unidos, dejando abierta la posibilidad de una futura expansión internacional.
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