¿Por qué el ser humano no camina al nacer como la mayoría de los animales?
Al observar el nacimiento de un caballo o de otros animales, es natural preguntarse por qué tienen la capacidad de caminar tan poco después de nacer, mientras que los seres humanos tardamos meses en adquirir esa habilidad.
Desde el momento en que nacemos, los seres humanos enfrentamos un período de dependencia y desarrollo único en comparación con otros animales. Una de las características más evidentes de esta etapa inicial de la vida es la incapacidad de caminar.
A diferencia de muchos otros animales, los humanos nacen con un sistema neuromuscular y esquelético inmaduro, lo que limita su capacidad para caminar inmediatamente después del nacimiento. Cuando nacemos, nuestros cerebros aún no han completado su desarrollo y nuestras extremidades son débiles y poco coordinadas.
La razón principal detrás de esta inmadurez al nacer es una compensación evolutiva entre el tamaño del cerebro y el tamaño de la pelvis de la madre. A medida que los humanos evolucionaron para caminar erguidos, su pelvis se estrechó para permitir una locomoción más eficiente en entornos abiertos como la sabana. Sin embargo, este estrechamiento de la pelvis hizo que el canal de parto fuera más estrecho, lo que dificultaba el paso del bebé durante el nacimiento.
Como solución evolutiva a este problema, los humanos desarrollaron una estrategia única: dar a luz a bebés con cerebros inmaduros y permitir que el desarrollo del cerebro continúe fuera del útero. Esto significa que el proceso de desarrollo cerebral y de adquisición de habilidades motoras ocurre después del nacimiento.
Al nacer, los bebés humanos tienen un cerebro relativamente subdesarrollado y carecen de control completo sobre sus movimientos. No pueden mantener el equilibrio ni coordinar sus extremidades de manera efectiva. Necesitan un período de tiempo prolongado después del nacimiento para que su sistema neuromuscular y esquelético madure lo suficiente y puedan aprender a caminar.
Este período de tiempo es crucial para el desarrollo del cerebro y la adquisición de habilidades motoras. Durante los primeros meses y años de vida, los bebés humanos experimentan un rápido crecimiento y desarrollo del cerebro, así como un fortalecimiento progresivo de los músculos y huesos. A medida que adquieran fuerza, coordinación y equilibrio, finalmente pueden comenzar a dar sus primeros pasos.
Esta estrategia evolutiva tiene sus ventajas. Al tener una niñez prolongada y permitir que el cerebro se desarrolle después del nacimiento, los humanos tienen la capacidad de aprender y adaptarse a su entorno de manera más flexible y avanzada. La dependencia prolongada de los cuidadores también fomenta el vínculo social y el desarrollo emocional.
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