GA4 - Google Analitycs
Tendencias
Cintilla de tendencias

Claudio X. González

Queta Lavat

Claudia Sheinbaum

Guerra Israel-Palestina

Vino en lata

En busca de sustentabilidad, inmediatez y practicidad, la industria vinícola mundial explora envases alternativos a las botellas de vidrio.

Avatar del

Por Agencia Reforma

Latas de aluminio, cajas de Tetra- Pak y bag-in-box van abriéndose paso, perfilan nuevos mercados y presentan retos a enólogos y mercadólogos. "El mercado mundial de vino enlatado se valorará en 571.8 mdd para 2028, expandiéndose a una tasa anual del 13.2 por ciento. La creciente demanda de bebidas convenientes, portátiles y de un solo servicio es el factor clave", pronostica un análisis de Grand View Research.

Con timidez, pero juguetonamente, algunas bodegas mexicanas comienzan a abrazar la idea de enlatar algunos de sus vinos. Rosadito, Scielo, Micha Micha, La Barbera, Helios, Burbujas Pop, D-Vino y Veela son algunas de las marcas ya presentes en el panorama nacional.

Fuentes: "Emisiones de gases de efecto invernadero y opciones de mitigación para la producción de vino alemana", de Ponstein y Meyer- Aurich, "¿No más botellas de vidrio? Vino enlatado y consumidores italianos", de Ruggeri y Mazzocchi, "Informe de análisis de tendencias, participación y tamaño del mercado de vino enlatado y pronósticos de segmento 2021-2028", de Grand View Research.

Amigable con el planeta
Según un estudio alemán sobre emisiones de gases de efecto invernadero en la producción de vino, los materiales de empaque son responsables del 57% de las emisiones totales en bodega, siendo las botellas de vidrio la fuente predominante (47%).

"La producción de botellas de vidrio es la que más contribuye al impacto debido a su peso y al enorme consumo de energía requerido para su fabricación.

Además, los costes de manipulación y transporte son más elevados que los de otros materiales", señala el análisis "¿No más botellas de vidrio? Vino enlatado y consumidores italianos".

Vino sin complicaciones
Los analistas italianos encontraron que, especialmente en países con larga tradición en el consumo de vino, existen varias barreras para la difusión de los enlatados, entre ellas desconocimiento y asociación de este envase a vinos de mala calidad (un prejuicio no necesariamente cierto).

La clave radica en el perfil de vino y la ocasión para la cual es concebido. Ciertamente, los enólogos no piensan en las latas como alternativa para sus vinos complejos y de guarda, sino para aquellos frescos, joviales, listos para beberse.

En ese sentido, la enóloga Cristina Pino ve en el futuro cercano una demanda por vinos más jóvenes, inmediatos, alegres y sencillos, sin tanta corpulencia.

Coherente con esa visión, en mancuerna con Keiko Nishikawa, ha lanzado Micha Micha, un espumoso de Chenin Blanc en lata.

"Está por salir la segunda añada, la primera fue para tantear el mercado, ver qué aceptación tenía y entender el producto.

Nos ha sorprendido que la primera producción -equivalente a 100 cajas de vino tradicional- se vendió en cuatro meses", señala la enóloga extremeña.

Que no cunda el pánico, no es que la extinción de la botella de vidrio esté cerca, sus adeptos y momentos permanecen. La apuesta mundial por el vino en lata está enfocada, más bien, a conquistar un mercado joven que valora la inmediatez y, a la vez, se preocupa por la sostenibilidad.

"La pregunta es ¿por qué comprarías una lata? Pues para momentos muy específicos, hay que explorar ese nicho que quiere llevarse un seis bien frío a navegar, al todoterreno, a la playa, la alberca, al picnic. "Al final, en una cena no esperas un par de latas, acabarás con una botella; uno no está peleado con lo otro", reconoce Fer.

Sus bondades
- Movilidad: portátil, cabe en el bolso para llevar al picnic, la alberca, la playa, la embarcación, la aeronave.
- Temperatura y conservación: puede refrigerarse -sin riesgo de evolución u oxidación- y beberse frío a cualquier hora.
- Volumen: descorchar una botella para servir sólo un par de copas es cosa del pasado.
- Inmediatez: adiós sacacorchos, copas y protocolos, simplemente enfría, destapa y bebe.
- Sustentabilidad: empaque ligero y compacto, infinitamente reciclable, con menos huella de carbono en producción, embalaje y transporte.
- Liberalización: pone al vino en la mira de nuevos mercados y es un producto de fácil inclusión en coctelería.

En esta nota

Comentarios