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Tráfico de endémicas hacia China pone en riesgo los ecosistemas de México

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo alertó que la caza furtiva para abastecer el mercado ilegal está mermando las poblaciones de muchas especies endémicas de México.

CIUDAD DE MÉXICO.- El investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Rodrigo Medellín Legorreta señaló que China se ha convertido en el mayor importador y el principal mercado de especies en peligro de extinción.

El comercio ilegal de animales y plantas silvestres es la cuarta actividad ilegal más importante en todo el mundo, sólo después de la trata de blancas, el tráfico de armas y de drogas, subrayó.

Cerca de 7 mil animales y plantas han sido objeto del comercio ilegal en el mundo. Entre las especies que más se trafican se encuentran el jaguar, el lobo gris, la tortuga, el axolot, pangolines, aves, tigres y osos, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

La caza furtiva para abastecer el mercado ilegal de fauna salvaje está mermando las poblaciones de muchas especies endémicas de México, alertó el organismo.

Dicha situación representa una “una severa amenaza para la riqueza de los ecosistemas en México”, el país concentra el 10 por ciento de la biodiversidad de especies de flora y fauna a nivel mundial, según información oficial.

El Imparcial: imagen de artículo

Lobo gris. Pixabay

Advierte  Medellín Legorreta que el tráfico ilegal de vida silvestre tiene un impacto directo e irreversible sobre los ecosistemas y se convierte “en una amenaza para todo el mundo, no sólo erosiona la biodiversidad, sino también el tejido social”, ya que esta actividad está en manos del crimen organizado.

En China, además de la totoaba, “la mafia se ha expandido a cubrir el comercio ilegal de dientes, huesos y garras de jaguares”, lo que está afectando severamente la población de esa especie en México y en otros países de América Latina, puntualizó.

En México el crimen organizado ha llegado a las “comunidades pobres que legítimamente necesitan dinero”, y puede ofrecer “diez pesos por un águila, un perico o una orquidea y ese recurso les cae muy bien”, lamentó el investigador.

También, señaló que el crimen organizado vio la oportunidad de diversificar su actividad ilegal, porque la capacidad de la Semarnat y la Profepa “es pequeña”.

No tienen el personal, no tienen el presupuesto, no tienen la presencia en el terreno y eso hace que quienes están dedicados a esta actividad ilegal se sientan completamente impunes, enfatizó.

Con información de La Jornada

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