Misteriosa muerte de Íñigo Arenas: Hipótesis de intoxicación con 'gotas' toma fuerza

CIUDAD DE MÉXCO.-La investigación sobre la repentina muerte del empresario Íñigo Arenas ha tomado un nuevo rumbo, dejando a la opinión pública atónita por las revelaciones que sugieren un posible envenenamiento mediante el uso de "gotas".

La Fiscalía General de Justicia del Estado de México está inmersa en la búsqueda de respuestas detrás de este misterioso fallecimiento que ha mantenido a la sociedad en vilo.

Según la información recopilada, el empresario Íñigo Arenas fue encontrado sin vida el pasado fin de semana en circunstancias aún por esclarecer.

Sin embargo, nuevos detalles han surgido en torno a este incidente, destacando que la hipótesis de intoxicación con "gotas" de un medicamento ha sido planteada por las autoridades.

Esta teoría ha suscitado aún más interrogantes sobre las circunstancias que rodearon su muerte.

Señalan que le robaron su teléfono

El trágico suceso tuvo lugar en el contexto de un bar, donde, según se reporta, Íñigo Arenas fue víctima de un robo de su teléfono celular.

Aunque inicialmente se había creído que su comportamiento había estado influenciado por la ingesta de alcohol, nuevas investigaciones han arrojado luz sobre posibles motivos ocultos detrás de su conducta aquella noche.

Resulta que el teléfono celular de Íñigo emitió señales de permanencia en el bar durante la noche, hasta que finalmente fue apagado.

Poco después, se descubrió que su chip fue colocado en otro modelo de teléfono, aumentando el misterio sobre las circunstancias que rodearon su muerte.

La familia del fallecido ha cuestionado la causa de su muerte por broncoaspiración debido a la ingesta de alcohol, y ha levantado sospechas sobre la posibilidad de que alguien haya colocado una sustancia en su bebida.

Como resultado, seis personas, incluyendo empleados del establecimiento y personal de seguridad, han sido detenidos formalmente para ser interrogados.

Una teoría intrigante ha surgido a partir de las entrevistas realizadas por la fiscalía. Se plantea que alguien podría haber administrado gotas de un medicamento llamado escopolamina en el agua mineral que Íñigo Arenas consumió minutos antes de su fallecimiento.

Dependiendo de la dosis de alcohol en su organismo y la cantidad de escopolamina administrada, esta sustancia podría haber potenciado los efectos del alcohol y llevado a un desenlace fatal.

La fiscalía ha solicitado un estudio médico forense para identificar si había fármacos en la sangre del empresario, lo que podría arrojar más luz sobre las circunstancias de su muerte.