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"Jódete cáncer", la campaña con la que Sandra se libró de complejos tras perder sus pechos

Sin complejos, Sandra muestra las cicatrices de su batalla contra el cáncer de mama e inspira a otras personas que lo padecen.

CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando a Sandra Monroy le diagnosticaron cáncer de mama a sus 36 años sintió que el mundo se le caía a pedazos. Sin embargo, se enfrentó a la enfermedad y tras una masectomía bilateral que le salvó la vida optó por no reconstruir sus senos y, lejos de acomplejarse, muestra sus cicatrices de batalla e impulsa una red de acompañamiento a través de su iniciativa "Jódete cáncer". Su madre Teresa y su amiga Gina la acompañaron en el proceso.

Sandra Monroy, de 36 años, fue sometida a una masectomía bilateral después de que le detectaron cáncer de mama. Tras su experiencia, se negó a que los médicos reconstruyeran sus senos e impulsó una red de acompaña-miento a través de su iniciativa Jódete cáncer.


Sandra enfrentó al cáncer y lo superó pese a pérdida de sus pechos

Cuando a la mexicana Sandra Monroy le diagnosticaron cáncer de mama a sus 36 años sintió que el mundo se desmoronaba. Sin embargo, se enfrentó a la enfermedad y tras una mastectomía bilateral que le salvó la vida, optó por no reconstruir sus senos e impulsar una red de acompañamiento a través de su iniciativa "Jódete cáncer".

Sandra es una sobreviviente de cáncer de mama que perdió sus senos por la enfermedad, que le fue detectada a principios de 2021. "(El diagnóstico) creo que fue de los momentos más difíciles que hay. Me cayó como un trancazo", confiesa este jueves a Efe.

Sandra recuerda esos días en los consultorios de la Fundación de Cáncer de Mama (Fucam), a donde acudía a atención al no contar con un servicio de seguridad social.

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Estaba asustada. No esperaba que, a sus 36 años, el cáncer de mama se asomara en su vida. "El primer mito es que por ser joven no te va a dar y sí da", afirma Sandra, fotógrafa de profesión.
En medio de la mala noticia, un atisbo de luz llegó. "Te regresan otra vez cuando te dicen: llegaste a tiempo, es una etapa 1", es decir, una fase inicial.

Esto fue un alivio, sobre todo porque en México, de acuerdo con Alejandra de Cima, presidenta de la Fundación Cima, que trabaja contra el cáncer de mama, más del 80 % de las mujeres llegan en etapas 3 o 4.

"Cuando el cáncer está muy avanzado y queda poco por hacer", explica a Efe.

Sandra no quiso arriesgarse ante reconstrucción

Tras el diagnóstico, el médico le explicó a Sandra que era necesario hacer una doble mastectomía. Es decir, le iban a extirpar ambas mamas, ya que aunque el cáncer solo estaba en el seno derecho, de quedarse con el izquierdo la posibilidad de que la enfermedad volviera era de entre 50 y 60%.

Pero también le dijeron que cuando le quitaran los pechos se los podrían reconstruir y al ser las dos, "dejarlas parejitas (iguales)".

Pero eso implicaba al menos dos operaciones en los próximos tres años, además de una más si optaba por la reconstrucción de pezón y ese procedimiento lo tendría que repetir al menos cada 10 años para cambiar los implantes.

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Y eso, si los implantes funcionaban correctamente.

"Pensé: no quiero experimentar si me va bien o no con los implantes", rememora.

Además, pensaba que con ello se estaba perdiendo la noción de lo que es y supone el cáncer. "Toda la energía está en lo estético y se olvida lo oncológico", dice.

Tuvo entonces que "asumir esa parte de que mis pechos se iban a ir y no iban a regresar", y optó por no reconstruir sus mamas. Eligió quedarse "plana".

"Mis senos se fueron el 5 de julio a mediodía. Les agradecí profundamente porque el cáncer pudiera estar en esa parte del cuerpo y pudiera ser removido, mi historia en mi caso con el cáncer fue corta", celebra.

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