Herencia gastronómica: los granos ancestrales
La humanidad ha cultivado, durante milenios, semillas que le han permitido sustentar civilizaciones enteras al proporcionarles nutrición y sabor.
Seguramente has escuchado sobre los “granos ancestrales”, y es que en esta época en la que la humanidad revalora la alimentación preindustrial, se han vuelto un tema importante al querer buscar ingredientes que aporten sabor y nutrición.
Aunque no hay una definición completamente exacta que reúna a este grupo de semillas, ciertamente hay un acuerdo en que su característica de “ancestral” se refiere a que están presentes desde el inicio de los tiempos de la humanidad.
De igual manera, es posible afirmar que los granos ancestrales no han sido modificados de alguna forma a lo largo de los años, motivo por el cual el trigo moderno no entraría en esta definición, puesto que ha sido alterado constantemente.
Por otro lado, granos que provienen de la familia del trigo como la escanda, el farro, el kamut y la espelta sí son granos ancestrales, al igual que otros como la cebada negra, el arroz rojo y negro y el maíz azul.
Asimismo, otros granos que entrarían en esta categoría son el amaranto, la zizania, la quinoa y el teff, de forma que existe una amplia variedad disponible, según la región que habites, para aprovecharlos en tus preparaciones cotidianas.
¿Por qué y cómo consumirlos?
Se aconseja agregar este tipo de granos a la alimentación puesto que poseen grandes propiedades nutrimentales, en contraposición a los productos de granos refinados como los que se elaboran con harina blanca que ha perdido gran parte de sus beneficios.
Aunque pueda parecer que estos granos tienen un tinte “exótico”, la verdad es que han acompañado a las culturas a lo largo de su historia; por ejemplo, el maíz ha estado presente desde la época precolombina en los hogares.
El maíz se consume de distintas maneras en el territorio nacional: desde tortillas hasta tamales, tlacoyos, dulces e, incluso, palomitas son algunas de las preparaciones o formas más recurridas de este alimento ancestral que ha llegado a fungir también como símbolo.
También de origen mesoamericano, el amaranto ha acompañado la dieta de los habitantes de México y ha sido utilizado de manera medicinal para combatir la tuberculosis o la ictericia; actualmente sobresale su utilización en postres y como cereal.
Por su parte, si bien la cebada tiene sus orígenes en el antiguo Egipto para después trasladarse a las antiguas Grecia y Roma y, así, nutrir a sus consumidores de fibra, magnesio, selenio y tiamina, en México se consume popularmente como bebida.
La quinoa, que proviene de regiones andinas y es producida ahora, además de Perú, en Bolivia, Colombia, Ecuador, Argentina y Chile, puede aprovecharse para realizar refrescantes ‘bowls’ con distintos vegetales frescos y proteínas vegetales o animales de tu elección.
Otra es la historia de la espelta: proveniente de Irán, desde donde probablemente se extendió a Egipto y China, fue popularizada en la Edad Media europea y fue destinada para el consumo de las clases acomodadas, dejando el centeno al pueblo.
Igualmente, el teff tiene una trayectoria particular: proveniente de una de las regiones africanas más pobres del mundo, ha servido como sustento en la dieta diaria gracias a sus aportes nutricionales de calcio, hierro, fibra y también proteína.
En boca de todos
Como podrás dar cuenta, el trasfondo de estos granos siempre se ha relacionado con el sustento alimenticio y nutricional de regiones enteras, por lo que no es extraño que, ahora que se busca revertir los efectos indeseables de lo ultraprocesado, se pongan en tendencia.
Si bien distintos artistas, como Gwyneth Paltrow o Victoria Beckham, así como personalidades de las redes sociales se encuentran promoviendo su consumo y los han incluido ellos mismos a su dieta, lo cierto es que se sabe de sus propiedades y sabores desde mucho antes.
Incluirlos a tu alimentación diaria es posible a través de preparaciones que te resulten familiares, aunque si quieres experimentar otras culturas a partir de sus sabores, siempre es posible recurrir a recetas sencillas que podrás encontrar fácilmente en internet.
Recuerda que también es posible sustituir los ingredientes de tus preparaciones habituales que incluyan harinas refinadas por alguno de los granos ancestrales que más se acomode en cuanto a sabor y que tengas disponible en tu comunidad.
Más información:
Mentta.com
Wholegrainscouncil.org
Aarp.org
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