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Estefanía Lujan lleva 7 años esperando ayuda; fue víctima de mala praxis

Rey Grupero y Pedro Moctezuma quieren salvar a la nogalense cuya vida está en riesgo por los malos consejos de una amiga.

NOGALES.- Paciencia, fe y resistencia. Durante siete años, Estefanía Luján se aferró a la vida con uñas y dientes; sin embargo, esta vez el tiempo corre en su contra.

Los malos consejos de una amiga le costaron su salud, luego de que le inyectaran biopolímeros que le validaron constantes visitas al hospital, cirugías y un dolor indescriptible.

Eso me lo inyectaron hace 7 años. La muchacha que me lo inyectó la conocí por  medio de una amiga. Ella tenía un cuerpazo y le pregunté si estaba operada y me dijo que según, era enfermera de un cirujano plástico y que de ahí sacaba la grasa que se inyectaba”, contó Estefanía en un video compartido exclusivamente a EL IMPARCIAL.

“Me dijeron que era una grasa natural, que no hacía daño, igual, yo me quedé en duda. Pero un día me tocó ver que ella se inyectaba sola las piernas, glúteos, labios, senos, todo. Vi que era normal, y pensé que ella no se haría daño. Ahí yo dije ‘ok’, y me lo puso en la casa de una amiga de nosotras”.

La amiga de Estefanía le pidió que comprara xilocaína (también conocido como lidocaína), así como jeringas grandes para inyectar un litro en cada glúteo. Sintió dolor, y después de eso no tuvo ningún otro síntoma más que fiebre que se le quitó con paracetamol. Sin embargo, su calvario estaba a punto de comenzar.

“A los meses, casi al año, las piernas se me pusieron rojas, calientes y una de ellas se me inflamó, parecía pelota. Le pregunté (a la enfermera) qué pasaba y ella dijo que eso no era por lo que me había puesto, que estaba muy raro. Luego, se empezó a perder, y ya no vino a Nogales. Ya no la vi”, relató.

El miedo se apoderó de Estefanía cuando supo que la amiga que la influyó para inyectarse estaba hospitalizada.

“Yo no creía, yo pensaba que tenía otra cosa, y seguí con lo de la pierna. De ahí, me di cuenta que la muchacha estaba muy mal, tenía muchos síntomas. Me asusté, fui yo también y me dijeron que mi caso era peor porque a mí me inyectaron mucho más”, continuó.

La enviaron a Hermosillo a realizarse algunas incisiones y un ‘vac’ para drenar el líquido en su piel. Pero eso no fue suficiente. Uno de sus glúteos se llenó de agua con sangre que Estefanía tuvo que aprender a drenar por sí sola con una jeringa.

“Luego el otro glúteo se me hizo súper duro. Estoy hablando de cuatro años después. Fui a reumatología del seguro y estuve con tratamiento con un año, con metotrexato y acido fólico, pero nunca vi un alivio, yo me sentía muy mal, no podía hacer nada. Un año después, ya no fui porque no vi ningún avance”, compartió.

NO PUDIERON OPERARLA

Estefanía fue con el cirujano plástico del IMSS porque sentía un fuerte dolor de espalda por “bolitas en la columna”, por lo que intentó operarla.

“Tengo toda la incisión de la espalda de un lado a otro. Cuando desperté, yo bien contenta porque ya me habían operado. Pero resulta que el doctor no me hizo nada, porque dijo que en cuanto cortó empecé a sangrar mucho. Tenia que aguantar los dolores de mi enfermedad y aparte de la operación sin nada”, dijo Estefanía. “Me dijeron que no tenía remedio. Seguí mi vida, siempre batallando con calenturas pero en sí estaba calmado todo.

ADVERTENCIA: IMÁGENES FUERTES

UNA LUCHA CONTRA EL RELOJ

La madre de 29 años regresó al hospital en diciembre de este año por la aparición de un absceso diferente a los que se había tratado antes. Le dijeron que tendrían que cortar todo el glúteo infectado, lo cual ayudó en su recuperación. Pero el otro estaba mucho peor, pues tenían que abrirlo para cortarlo todo.

Lloré, me quise morir, pero acepté. Cuando terminé, me sentía igual y me dijeron que cuando me hicieron la incisión, de lo duro que estaba el glúteo no pudieron cortar nada porque era como si estuviera contra una piedra, pero me dejaron una incisión grande. Y me dieron de alta”, explicó.

A partir de entonces, estuvo bajo el cuidado de una enfermera del IMSS que iba a su casa para atenderla. A los dos meses de ser dada de alta, se infectó la incisión abierta, por lo que le hicieron debridamiento para ayudarla.

“Me fui, otra vez me dijeron que me tenian que cortar, cortaron todo alrededor, en fin que acabaron con casi todo lo duro que tenia de los glúteos. Alrededor me quedaron algunos pedazos como piedra, pero no tan duro como antes. Me dijeron que no podían quitarse porque eran de lo que era inyectado, que a ellos no les correspondía”, lamentó.

UNA ÚLTIMA ESPERANZA PARA ESTEFANÍA

Rey Grupero y Pedro Moctezuma (tío de Frida Sofía) recibieron el caso de Estefanía y acudieron al programa “De Primera Mano” solicitando ayuda de la comunidad para trasladarla a la Ciudad de México. Allá, el famoso cirujano Giovanni Betti (quien atendió a Alejandra Guzmán con los polímeros de su cadera) le hará una intervención quirúrgica gratuita para ponerle fin a este calvario.

Sin embargo, por la condición de Estefanía, es necesario trasladarla en un avión privado, debido a que ella no puede sentarse y debe ir acostada todo el tiempo.

“Es muy doloroso, pero cada vez siento que baja un poco más el dolor. Tengo mucho sueño, estoy esperando la ayuda de Dios. Tengo mucho miedo de que me digan que no se puede, pero en sí, tengo toda la fe. De perdida, ahora tengo una esperanza, que es lo mejor”, finalizó.

Quien pueda ayudar con los gastos de recuperación para Estefanía, puede depositar al número de cuenta Bancoppel 52 56 78 33 49 64 79 91.

El Imparcial: imagen de artículo

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