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Discurso íntegro de Alfonso Durazo ante diputados sobre Culiacán

El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo, compareció ante la Cámara de Diputados tras los hechos ocurridos en Culiacán, Sinaloa. 

Discurso íntegro de Alfonso Durazo ante diputados sobre Culiacán

Ciudad de México, a 31 de octubre de 2019
 
VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DEL DISCURSO OFRECIDO POR EL DR. ALFONSO DURAZO MONTAÑO, SECRETARIO DE SEGURIDAD Y PROTECCIÓN CIUDADANA, SOBRE LOS HECHOS OCURRIDOS EN CULIACÁN, SINALOA, EN LA CÁMARA DE DIPUTADOS.
 
Con su permiso señora presidenta.
 
(Adelante diputado, perdón adelante secretario, fue diputado entonces, sigue siendo diputado)  
 
Honorable asamblea, es un honor estar aquí en esta tribuna.
 S
Señora presidenta, señoras y señores integrantes de esta Mesa Directiva.
 
Señores coordinadores parlamentarios, señor presidente de la Junta de Coordinación Política, muy particularmente gracias al señor General Sandoval, secretario de la Defensa; al Almirante Ojeda, secretario de Marina, y al licenciado Julio Scherer, muy particularmente por acompañarme en esta comparecencia.
 
Su presencia aquí refleja, entre otras lecturas, el trabajo conjunto, coordinado y estrecho que llevamos aquellos integrantes del Gabinete de Seguridad. Es un honor ser acompañado por ustedes aquí en esta comparecencia.
 
Reciban todas y todos ustedes un afectuoso saludo del señor presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. Gracias.
 
Sabe que estamos aquí en esta comparecencia y reconoce por mi conducto el acierto de esta Cámara de Diputados para dotar al Estado mexicano de los instrumentos jurídicos indispensables para garantizar la seguridad que tanto anhelan y merece nuestra ciudadanía.
 
Señora presidenta si me permite en este momento quisiera hacer entrega del documento que contiene el informe pormenorizado de los acontecimientos suscitados en Culiacán, Sinaloa, por lo que solicito se realice la inscripción en el Diario de los Debates, con fundamento en el artículo 124 fracción tercera del Reglamento de la Cámara de Diputados y en el Acuerdo de la Junta de Coordinación Política por el que se apruebe el calendario y formato de las comparecencias ante el pleno y comisiones de los funcionarios de la administración pública federal, con motivo del análisis del Primer Informe de Gobierno del presidente de la República de fecha 26 de septiembre de 2019, me permiten (entrega el documento).
Han sido unos minutos valiosísimos del espacio que tengo aquí para compartir nuestras reflexiones con ustedes.
 
Continúo diciéndoles que nunca como ahora, en todo lo que va de su corta existencia, el actual gobierno había sido sujeto de tan dura crítica en materia de seguridad.
 
Sin embargo, nunca como ahora ha actuado con tanta prudencia, determinación y conciencia de sus responsabilidades ante la ciudadanía, primero como movimiento político y ahora en el gobierno.
 
Hemos postulado que los valores del humanismo, son la guía de nuestro comportamiento político, defender la integridad física y la dignidad de las personas, primeo que nada, evitar el uso de la violencia y el derramamiento de sangre por todos los medios posibles.
 
Combatir a quienes vulneran a México, privilegiando en todo momento el uso de la inteligencia sobre la fuerza, así como trabajar sin descanso, para ofrecer a la gente un modo honesto de subsistencia para que nadie se vea obligado a delinquir por falta de oportunidades, son imperativos éticos para el gobierno de la Cuarta Transformación.
 
Las concepciones contrarias a nuestra visión, particularmente para combatir la inseguridad, esgrimidas por quienes ahora nos cuestionan acremente, han demostrado con creces su inutilidad en el terreno de los hechos.
 
Nuestra actitud contrasta vivamente con los tiempos en los que la letalidad indiscriminada, el daño colateral y la falta de respeto a los derechos humanos eran moneda corriente.
 
En el caso de Culiacán lo que pudo haberse convertido en un episodio de guerra y derramamiento de sangre inocente se resolvió privilegiando la paz pública.
 
Y a propósito de Culiacán, la transparencia en materia de seguridad pública es un principio fundamental de este gobierno. Por primera vez se trasparentan las cifras cotidianas de la incidencia delictiva en delitos de alto impacto.
 
Hemos preferido la crítica y el debate que esto genera a mantener la opacidad y la inercia.
 
Está transparencia es posible porque no tenemos nada que ocultar, porque no nos interesa mantener secrecía alguna, salvo en aquellos aspectos susceptibles, sensibles para el debido proceso, los derechos humanos o la seguridad nacional.
 
Contamos con un presidente honesto decidido a enfrentar la corrupción. No defendemos intereses oscuros ni inconfesables, no nos mueve ni el cochupo ni la componenda, solo el objetivo de pacificar al país y devolver a la sociedad la tranquilidad que anhela.
 
De hecho, en el debate nacional se enfrentan dos visiones distintas; las de quienes quieren combatir a la delincuencia organizada a toda costa, caiga quien caiga, y la de aquellos que pensamos que ya fue suficiente el derramamiento de sangre que desde hace años padecemos.
 
La de los que creen que la sola aplicación de la ley en crudo resolverá el problema, y la de quienes consideramos que mientras no se ataquen a plenitud las causas que generan la violencia, la inseguridad, seguirá presente.
 
En este contexto, se nos ha criticado por no usar la fuerza pública contra algunas manifestaciones sociales.
 
Las críticas han llegado fundamentalmente a través de adherentes a la iniciativa de la guerra contra el narco. Los boots han jugado un rol muy relevante en la difusión de estas críticas. 
 
Es importante no ignorar estos puntos de vista pero también explicar el nuestro. La estrategia basada en el uso de la fuerza policial y militar probó ya sus límites y generó decepciones, tenemos que admitirlo.
 
De hecho, no se registra un logro relevante durante los sexenios en los que se aplicó, sus simpatizantes se niegan a ver que la estrategia por operativos ya utilizada no dio resultados, tuvo siempre un carácter reactivo, en respuesta a un hecho delictivo consumado, es decir, sin criterio de anticipación, en todo caso no podemos desestimar poderosos fines conservadores detrás de los llamados a utilizar la fuerza pública a la menor provocación.
 
Son ellos los que piensan que la fuerza lo resuelve todo y que si un problema social no se resuelve es porque no se le ha aplicado la suficiente fuerza.
 
Decimos a quienes proponen el uso indiscriminado de la fuerza pública que son muy altos los riesgos de la represión como método de acción del Estado, además no vamos a dar sustento a la propaganda que pretende pintarnos como un gobierno autoritario, a pesar de los desencuentros y debates.
 
A pesar de las posiciones encontradas no hay que olvidar nunca ni perder de vista quienes son los maleantes, ellos son los que aterrorizan a la población indefensa y la toman como rehén. Ellos destruyen la propiedad ajena y amenazan cobardemente a mujeres y niños.
Nosotros integrantes del Estado mexicano, entendido como la unión indisoluble de pueblo y gobierno somos los que debemos enfrentarlos mediante firmeza y transparencia para conquistar la paz.
 
Si vemos el tema de la inseguridad con perspectiva histórica reconoceremos que es una tragedia que lleva décadas y ustedes conocedores de los procesos sociales saben que vistos sin utopías la construcción de la seguridad será también producto de un proceso histórico.
 
No podemos permitirnos fingir que la solución del problema de la inseguridad es un tema sencillo.
 
El Gobierno de México instrumenta a diario una estrategia de seguridad completa y eficiente que está rindiendo frutos paulatinamente, pero los niveles de violencia que conocemos en nuestro país, no tienen su origen exclusivamente en las deficiencias de los aparatos y las políticas de seguridad, expresan en realidad la suma de todas las fallas estructurales de nuestro modelo político, económico y social.
 
Hay que aceptar sin afán de justificarnos de manera autocrítica cualquier error cometido, pero también cabe aclarar que en materia de seguridad, no es prudente sobredimensionar las circunstancias, un tropiezo táctico no invalida la estrategia en su totalidad.
 
De lo que puede estar completamente segura esta soberanía, es que invariablemente responderemos con todo el peso de la ley al desafío de la criminalidad. Es nuestra obligación y nuestro compromiso indeclinable.
 
Siempre habrá momento para capturar a quienes delinquen e iremos por ellos, a no dudarlo, para que paguen por sus fechorías, pero la vida de la gente es insustituible.
 
Para nuestro gobierno, la paz y la tranquilidad son fruto de la justicia. Desde nuestra perspectiva combatir la inseguridad significa también garantizar oportunidades de educación, salud y bienestar para la población, así como promover la regeneración ética de la sociedad y terminar con la corrupción, ese mal endémico de los cuerpos de seguridad pública y justicia en el país.
 
Es imposible tener policías limpias en el marco de gobiernos corruptos e impunes, por ello, primero nos abocamos a poner orden en el gobierno; segundo, a poner orden en los cuerpos de seguridad, se logró ya una reforma constitucional gracias al apoyo de ustedes, que califican como delito grave a los actos de corrupción.
 
La reforma constitucional en materia de extinción de dominio facilita ya las acciones en contra de servidores públicos corruptos.
Entre las innovaciones más importantes en materia de seguridad destaca particularmente la creación de la Guardia Nacional, iniciativa constitucional de carácter histórico para enfrentar el problema de la inseguridad.
 
La Guardia Nacional cumplirá una función más preventiva que reactiva, se encuentra ya desplegada a nivel nacional con 72 mil elementos y aspiramos a terminar el año con 92 mil elementos desplegados y 140 mil para el 2021.
 
Por ello decimos que nuestro mayor problema, está en el corto plazo, para todos sus integrantes se prevé la capacitación en derechos humanos, sin embargo, la seguridad pública no está depositada exclusivamente en la Guardia Nacional, ésta representa solo la fase más visibles, las políticas sociales avanzan respaldando la política de seguridad, generando oportunidades laborales, de salud y educación particularmente para los jóvenes.
 
Una de las principales propuestas es hacer policía desde abajo, corregir, mejorar capacitar a las policías estatales y municipales para que puedan actuar en complemento de la Guardia Nacional
 
Hay una tercera vertiente, que es la Estrategia de Prevención de las Adicciones, que merece una mención especial pues ha empezado a operar ya como una cruzada nacional de carácter transversal, en ella participan diversas organizaciones.
 
Una vertiente más es el combate al mercado ilícito de combustibles donde el Ejército y la Marina han realizado una tarea importante, el combate al mercado ilícito de combustibles nos ha representado un ahorro para el Estado Mexicano que alcanza ya, casi 34 mil millones de pesos.
 
Si me permite un minuto más señora presidenta para concluir, (adelante Secretario), gracias, es la lucha por nuestra seguridad, no admite el regateo por ambiciones personales, ni la especulación coyuntural en busca de dividendos políticos, es tarea cotidiana, discreta, esforzada y con frecuencia peligrosa, que demuestra  tal vez mejor que ninguna otra, la voluntad de servir que alienta, que nos alienta como gobernantes.
 
Es menester a cometerla como una labor de Estado que involucre a todas las instituciones e implique seriedad, corresponsabilidad y una visión de largo plazo.
 
Esta soberanía ha dado sobrada muestra de patriotismo al apoyar el esfuerzo de creación de Guardia Nacional, invocamos ese mismo espíritu para la difícil tarea que se nos avecina. Nuestra meta suprema debe ser conformar un modelo de orden social en el que por su equidad y eficiencia, se asegure que las causas que  originan al crimen, sean abolidas.
 
Nos anima la certeza de que somos muchos más los mexicanos que queremos a nuestra patria y queremos enfrentar exitosamente el problema de la inseguridad. Hemos planteado como relación con todas las fuerzas políticas convertir a la seguridad en un espacio de neutralidad política.
 
Gracias a ese principio hemos logrado sacar adelante prácticamente por unanimidad todas las iniciativas complementarias de la reforma constitucional que crea la Guardia Nacional.
 
Por ello quisiera expresar aquí, mi reconocimiento a ustedes, particularmente por su compromiso, su colaboración y su disposición extraordinaria en materia de seguridad pública.
 
También a las y los señores gobernadores y a las y los señores presidentes municipales, con todos ellos tenemos una colaboración extraordinaria, enfrentamos el reto de la inseguridad cotidianamente con todos ellos sin echarnos la bolita unos a otros, sin repartir culpas ni eludir responsabilidades.
 
Nos sumamos en un trabajo conjunto, coordinado, eficaz y permanente con el propósito de garantizar mejores condiciones de seguridad para todas y todos los mexicanos.
 
Por ellos puedo decir, que otro México seguro y en paz es posible, ahora hay inseguridad y eso no es ninguna sorpresa, pero también hay confianza en el gobierno del presidente Lopez Obrador de que entregaremos el 2024 un país con tranquilidad y en paz.
 
Gracias a todas y todos por su atención.
 
Presidenta por permitirme un tiempo adicional.

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