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México impulsa autonomía económica y reduce su dependencia de EE. UU. y China

El país apuesta por diversificación comercial, fortalecimiento interno y soberanía política, en un giro que modifica su rol en la economía global

México está avanzando hacia una estrategia de autonomía económica que busca reducir su histórica dependencia de Estados Unidos y China, mediante la diversificación de mercados, fortalecimiento de producción local y diversificación de socios comerciales, un cambio que reconfigura su posición en el comercio internacional y en la política económica global.

Un cambio en la orientación económica tripolar

Desde hace décadas, México ha mantenido una estrecha relación económica con Estados Unidos, el principal destino de sus exportaciones y su mayor socio comercial, especialmente bajo el marco del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá). Sin embargo, analistas y autoridades han subrayado que este modelo, aunque ha generado crecimiento exportador, también ha confinado al país a una dependencia excesiva de decisiones y fluctuaciones económicas de Washington.

Al mismo tiempo, la relación con China se ha caracterizado por una fuerte importación de bienes manufacturados, particularmente electrónicos y componentes industriales, lo que ha terminado acentuando desequilibrios comerciales y vulnerabilidades productivas.

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Diversificación comercial y fortalecimiento interno

El gobierno ha enfatizado la necesidad de incrementar el contenido nacional de las exportaciones y de promover la producción interna en sectores estratégicos como automotriz, dispositivos médicos, electrónico y aeroespacial, con el fin de reducir la dependencia de suministros extranjeros.

Además, México ha incrementado aranceles a bienes provenientes de países sin tratados comerciales, incluidas mercancías chinas, como parte de una política para proteger industrias locales y reorientar su integración con socios diversos.

Repercusiones geopolíticas

El viraje estratégico ha generado reacciones diversas en el exterior. Por un lado, existe una intensificación de la colaboración con Estados Unidos y Canadá en algunos sectores productivos, aunque también se discute cómo equilibrar esta relación sin reiterar una subordinación económica. Por otro, las medidas proteccionistas han provocado críticas desde Pekín, que ve limitada su participación en sectores clave del mercado mexicano y una fuerte reafirmación de la importancia de acuerdos como el T-MEC en la región.

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Hacia una política multilateral

Expertos en relaciones internacionales señalan que México busca ampliar su agenda comercial y política exterior para incluir a más actores globales, reducir vulnerabilidades y fortalecer su soberanía económica en un contexto de creciente tensión entre grandes potencias económicas.

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