Huachicol fiscal, factureras y contrabando en aduanas: los tres esquemas de evasión que le cuestan miles de millones de pesos al fisco mexicano
Un análisis revela cómo el contrabando de combustible, la facturación falsa y la subvaluación de mercancías afectan la recaudación, distorsionan mercados y ponen en riesgo sectores clave de la economía nacional
CIUDAD DE MÉXICO.- El llamado huachicol fiscal, la facturación falsa y la subvaloración de mercancías en aduanas se han posicionado como los tres principales esquemas de evasión de impuestos en México. Juntos, representan uno de los mayores boquetes por los que se fugan recursos públicos cada año.
Estas prácticas aprovechan vacíos legales, fallas de supervisión y, en algunos casos, redes de colusión, lo que ha provocado pérdidas multimillonarias al erario, daños a industrias completas y riesgos en materia económica y de seguridad nacional.
La información proviene de un estudio legislativo compartido por el País y elaborado desde la vicecoordinación de Morena en la Cámara de Diputados, encabezada por Alfonso Ramírez Cuéllar, documento que también retoma datos del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y dependencias federales.
Según el País, el análisis forma parte del diagnóstico que acompaña la estrategia fiscal del Gobierno de Claudia Sheinbaum para frenar estas fugas de recursos.
¿Qué es el huachicol fiscal y por qué preocupa al Gobierno?
El huachicol fiscal consiste en el contrabando de combustibles mediante esquemas que evitan el pago del IVA y del IEPS. A diferencia del robo directo de combustible a ductos, este mecanismo se apoya en importaciones irregulares, declaraciones falsas y uso indebido de permisos.
De acuerdo con el análisis legislativo, las pérdidas por evasión de IVA e IEPS asociadas al contrabando de combustibles alcanzan los 4 mil 600 millones de dólares. Además, el daño combinado a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la hacienda pública se calcula en alrededor de 28 mil 200 millones de dólares solo durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Aunque el SAT ha abierto 109 expedientes penales entre enero y septiembre por fraudes y contrabando vinculados a estos esquemas, el perjuicio económico documentado en esos casos suma 22 mil 843 millones de pesos.
Facturación falsa: cómo operan las empresas fantasma
Otro de los principales canales de evasión fiscal es la facturación falsa, que se realiza mediante empresas creadas para simular operaciones económicas inexistentes. En este esquema participan dos figuras clave:
- EFOS, Empresas que Facturan Operaciones Simuladas, que emiten comprobantes por servicios o productos que nunca existieron.
- EDOS, Empresas que Deducen Operaciones Simuladas, que utilizan esas facturas para reducir artificialmente sus obligaciones fiscales.
Este modelo comenzó a expandirse durante la administración de Enrique Peña Nieto. Entre 2012 y 2018 se identificaron alrededor de 7 mil 400 empresas factureras. La cifra creció de forma acelerada y, al cierre de 2022, se tenían registradas más de 12 mil empresas de este tipo, un aumento de 63% en cuatro años.
El estudio legislativo advierte que estas prácticas no se limitan a pequeños contribuyentes. Han involucrado a personajes con presencia en la política, el sector empresarial, la judicatura y el medio artístico.
Uno de los casos más conocidos es el del abogado Víctor Manuel Álvarez Puga, señalado por autoridades federales como el principal operador de redes de facturación falsa. Enfrenta un proceso de deportación desde Estados Unidos y es acusado de un desfalco de 2 mil 950 millones de pesos a la Secretaría de Gobernación en 2016. Pese a reformas legales y esfuerzos legislativos para combatir este delito, el Congreso reconoce que no se han logrado resultados definitivos.
Subvaloración en aduanas: el contrabando técnico
El tercer eje de la evasión fiscal es la subvaloración de mercancías en aduanas, también conocida como contrabando técnico. En este esquema se declara un valor menor al real para pagar menos impuestos y aranceles. El informe identifica tres productos clave: azúcar, camarón y acero.
Azúcar: impacto fiscal y riesgo comercial
El contrabando de azúcar es uno de los más dañinos para el mercado interno. La mercancía ingresa de forma legal, pero se clasifica de manera incorrecta para reducir cargas fiscales. Una práctica común es la importación de mezclas que contienen entre 95% y 98% de azúcar, combinadas con otros insumos mínimos, lo que permite ubicarlas en fracciones arancelarias más baratas.
Entre 2023 y 2024 ingresaron al país 272 mil toneladas bajo este esquema. La Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera estima que el volumen ilegal supera las 329 mil toneladas, con una evasión fiscal cercana a 5 mil millones de pesos.
A esto se suma el contrabando clandestino y la operación de ingenios irregulares en Puebla, Oaxaca y Veracruz, que producen alrededor de 120 mil toneladas adicionales sin cumplir obligaciones fiscales, laborales ni ambientales.
El análisis advierte que estas prácticas podrían generar incumplimientos en el T-MEC, al evadir el arancel de 360 dólares por tonelada exigido para exportar a Estados Unidos.
Camarón: evasión sanitaria y desplazamiento productivo
El camarón se ha convertido en el segundo producto más relevante dentro del contrabando técnico. La entrada irregular de este crustáceo evade controles sanitarios, fiscales y aduaneros. El informe documenta puntos críticos como Tijuana, Cancún, Culiacán, Ciudad de México, Guadalajara, Tamaulipas y Nayarit, donde se ha detectado producto reempaquetado o con etiquetas falsas.
La modalidad más frecuente es la triangulación de camarón ecuatoriano a través de países de Centroamérica. Se estima un flujo anual de entre 20 mil y 22 mil toneladas. También se han detectado importaciones irregulares desde India, China, Estados Unidos y Tailandia.
Entre 2021 y 2022 ingresaron ilegalmente casi 36 mil toneladas, valuadas en más de 6 mil millones de pesos. Esto provocó el desplazamiento de hasta 80% del camarón cultivado en Sinaloa, poniendo en riesgo a más de 900 granjas y cerca de 20 mil empleos directos en un sector que genera alrededor de 100 mil empleos en todo el país.
Acero: uso indebido de programas fiscales
El sector acerero completa esta tríada. El informe señala el uso indebido de programas de importación temporal diseñados para fomentar exportaciones. Dos empresas habrían importado grandes volúmenes de insumos sin pagar impuestos, pese a que el destino real no era la exportación. La Secretaría de Economía canceló sus permisos tras detectar estas irregularidades.
El documento advierte que estos casos muestran cómo los instrumentos fiscales pueden ser utilizados para evadir obligaciones cuando no existe una supervisión efectiva.
El reto fiscal para la nueva administración
El Congreso ha impulsado cambios legales para frenar estas prácticas, incluido el llamado muro arancelario a ciertos países de Asia. La Secretaría de Economía ha negado que se trate de medidas dirigidas a un solo país, aunque el análisis legislativo señala una atención especial a China.
El diagnóstico coincide en que la vigilancia constante, la supervisión efectiva y la transparencia serán claves para combatir la defraudación fiscal a gran escala. Se trata de uno de los principales retos que enfrenta la administración de Claudia Sheinbaum en un contexto de alta demanda de recursos públicos y presión sobre sectores estratégicos de la economía mexicana.
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