Claudia Sheinbaum reconoce que México aún no tiene un sustituto del glifosato y admite que “todavía falta”
Sheinbaum señala que el país sigue sin un reemplazo viable para el glifosato y que los trabajos científicos continúan.
CIUDAD DE MÉXICO.- México todavía no cuenta con un producto que sustituya al glifosato, reconoció la presidenta Claudia Sheinbaum, quien señaló que la búsqueda de una alternativa sigue en proceso y que el reto no es menor, pues involucra aspectos científicos, productivos y económicos.
Todavía falta. La sustitución de algún producto de este tipo tiene que ver con varios temas, también tiene que ver con el costo y con la posibilidad de producir en serie”, afirmó Sheinbaum al ser cuestionada sobre el avance en esta materia.
La Presidenta señaló que el objetivo es encontrar una opción lo antes posible, especialmente ante la discusión pública sobre los posibles efectos del glifosato en la salud y el medio ambiente.
El papel de la ciencia en la búsqueda de alternativas
Sheinbaum explicó que la responsabilidad de desarrollar o identificar un sustituto recae en la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti), en coordinación con diversos grupos de investigación.
“Seguimos trabajando en ello… es evidente que tenemos que encontrar un sustituto lo más pronto posible para poder mejorar la salud de todas y de todos”, declaró.
Añadió que la búsqueda no es exclusiva de México y que existen equipos científicos en otros países que también exploran alternativas al herbicida.
La controversia científica sobre el glifosato
El glifosato se encuentra en el centro de un debate internacional desde hace años.
En 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la OMS, lo clasificó como “probablemente cancerígeno”.
Sin embargo, en 2016, un informe conjunto de la OMS y la ONU concluyó que no existía evidencia suficiente para afirmar que causara cáncer en humanos bajo condiciones normales de uso.
A esta controversia se sumó recientemente la decisión de la revista académica Regulatory Toxicology and Pharmacology, que retractó un artículo publicado en el año 2000 sobre la seguridad del glifosato por problemas de ética, integridad e independencia autoral.
De acuerdo con la propia revista, Monsanto Company, empresa que introdujo el glifosato al mercado en 1974, habría influido en la redacción del estudio sin que ello fuera reportado, según correspondencia revelada en litigios en Estados Unidos.
¿Cómo afecta a México, el T-MEC y el campo?
Especialistas consultados por Reforma, advirtieron que esta retracción puede tener efectos directos en la revisión del T-MEC, ya que fortalece los argumentos de México en disputas comerciales con Estados Unidos sobre posibles restricciones al glifosato y al maíz transgénico.
Al mismo tiempo, existe preocupación en el sector agrícola.
Productores temen que el Gobierno federal retome una ofensiva para prohibir el herbicida de manera abrupta, lo que podría afectar de forma significativa los rendimientos del maíz, al tratarse del herbicida más usado en el mundo por su bajo costo y eficacia.
La postura de los productores y la industria
En septiembre pasado, el Consejo Nacional Agropecuario informó que alcanzó un acuerdo con el Gobierno federal para no prohibir el glifosato hasta que exista un producto igual de eficaz y accesible.
El organismo insistió en que cualquier restricción a plaguicidas debe ser gradual, acompañada de asistencia técnica, y considerar el impacto económico en el campo mexicano.
Agricultores también han señalado que la preocupación por el glifosato ha profundizado la asimetría entre México y Estados Unidos, ya que en el país vecino se permite el uso de maíz transgénico, resistente al herbicida, lo que mejora los rendimientos agrícolas.
El intento de prohibición y el giro del Gobierno
En 2020, el Gobierno mexicano emitió un decreto para prohibir el glifosato, con entrada en vigor prevista para abril de 2024.
No obstante, en marzo del año pasado, la medida fue revertida ante advertencias de productores y fabricantes sobre posibles riesgos para la producción agrícola y la seguridad alimentaria.
Desde entonces, la postura oficial ha sido mantener el uso del herbicida mientras no exista una alternativa viable.
¿Qué significa esto para el campo y los consumidores?
- Para los productores: el glifosato seguirá utilizándose mientras no exista un sustituto eficaz y económico. Cualquier cambio será gradual.
- Para el consumidor: el debate sigue abierto, pero no hay una prohibición inmediata ni cambios en la producción agrícola a corto plazo.
- Para la política pública: la prioridad es desarrollar evidencia científica independiente y una alternativa real antes de tomar decisiones definitivas.
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