Ahorcó, descuartizó y les arrancó el corazón a su madre y a su hermana de 12 años porque “eran brujas”; así fue el caso de Anastasia Lechtchenko

CIUDAD DE MÉXICO.- La mañana del 11 de junio de 2015, un olor fétido alertó a los vecinos de la colonia Playas de Tijuana. Minutos después, la Policía encontró bolsas negras con restos humanos. Aquella escena abrió el caso de Anastasia Lechtchenko Masney, una joven de 19 años de origen ruso, que fue acusada de asesinar y descuartizar a su madre y a su hermana menor de 12 años. Según la fiscalía, Anastasia argumentó que lo hizo porque “eran brujas” y la tenían embrujada.

La información presentada proviene de reportes oficiales, entrevistas difundidas por El Universal, documentos judiciales y notas de medios que cubrieron el caso desde 2015.

En esta reconstrucción encontrarás el contexto familiar, los hechos, las versiones enfrentadas, las investigaciones, preguntas que siguen sin respuesta. y la situación actual de Anastasia.

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Es importante aclarar que el contenido es altamente sensible.

¿Quién es Anastasia Lechtchenko y cómo llegó su familia a México?

Anastasia Lechtchenko Masney nació en 1995 en San Luis Potosí, México, hija de Yuliya Masney Safonchik e Igor Lechtchenko, una pareja de origen ruso que se conoció en el mundo del espectáculo.

En ese año, Yuliya llegó a México con Igor como parte del Circo Ruso. Se enamoraron del país y decidieron quedarse para formar una familia. Primero vivieron en San Luis Potosí y luego se mudaron a Tijuana, Baja California.

Yuliya trabajaba como profesora de ruso para niños y había sido pianista y acróbata. Igor encontró empleo como entrenador de gimnasia en el Centro de Alto Rendimiento. Doce años después del nacimiento de Anastasia, llegó Valeria, quien padecía autismo y discapacidad múltiple.

El matrimonio se separó poco después, y Yuliya se hizo cargo sola de las dos niñas. Igor desapareció de sus vidas, aunque más tarde se supo que trabajaba en una universidad de Baja California.

¿Qué motivó el crimen según Anastasia y la fiscalía?

El 11 de junio de 2015, vecinos alertaron a la policía por un olor fétido de bolsas negras cerca de la casa en la colonia Playas de Tijuana. Las autoridades encontraron los cuerpos desmembrados de Yuliya, de 47 años, y Valeria, de 12.

Anastasia confesó haber cometido el doble homicidio tres días después a su novio y una amiga, quienes la delataron.

Según la reconstrucción policial, Anastasia asfixió a ambas con una soga, las apuñaló y desmembró en la cocina usando tres cuchillos. El proceso duró cerca de siete horas, y ella lo hizo sola, pesando solo 53 kilos.

Guardó los restos en bolsas de plástico compradas en una farmacia y fumó un cigarrillo después.

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Antes del crimen, buscó en Google “cómo matar a una bruja y cómo desmembrar un cuerpo”, y anotó instrucciones de la deep web, como apuñalar en el corazón.

Mi mamá se dedicaba a la brujería y mi hermana era una muñeca, su aliada y títere.Y para que no continúen esos trabajos también hay que matarla. Para matar a una bruja, a ese espíritu maligno hay que cortarle partes inferiores”, dijo.

Argumentó que sentía punzadas y pulsaciones que no la dejaban dormir por la presunta brujería de su madre. También admitió haber consumido drogas y cristal durante cinco días previos al asesinato.

Las dudas en la investigación y el veredicto judicial

Aunque Anastasia fue condenada a prisión por matricidio y el asesinato de su hermana, surgieron inconsistencias. Apareció ADN de un hombre no identificado en la escena. Los cuchillos y bolsas no tenían huellas de Anastasia. Ella alegó en entrevistas que la policía la violó, torturó y forzó a confesar.

Yo había consumido drogas y cristal durante cinco días. Así que cuando me detuvieron me dijeron que si me declaraba culpable me iban a sacar”, dijo a medios locales.

Pese a estas contradicciones, la justicia la sentenció basada en su confesión inicial y evidencias digitales. Los vecinos notaron que desde el 7 de junio no veían a Yuliya ni a Valeria. Igor, el padre, se enteró y se trasladó a Tijuana al conocer el homicidio.

¿Cómo quedó la casa después del crimen?

La casa alquilada en Playas de Tijuana reflejaba el caos. La policía encontró desorden: cientos de colillas de cigarrillos en frascos de café en la habitación de Anastasia. En el patio, una caja con tres pares de zapatillas de Valeria. Ropa sucia en el lavarropas con jabón intacto, bajo un limonero que perfumaba el lugar. En la cocina, cajas de medicamentos para Valeria, bolsas de plástico usadas para los cuerpos, un libro de Paulo Coelho sobre la mesa, una taza vacía y una botella de gaseosa.

Los medios accedieron a un cuaderno de Anastasia con una carta en tinta roja a un amor no correspondido: “Ya estás muy lejos de mí”.

Anastasia lleva más de siete años en la penitenciaría de Tijuana. Al ingresar, dio una entrevista a El Universal declarando inocencia. “Yo no descuarticé a mi mamá”, le aseguró al medio.

Dijo que no recuerda su primer día, solo duchas frías y llanto que le causó alergia. También que le suministran flupazin, un antipsicótico. Antes del crimen, había sido internada en un hospital mental, pero faltaron recursos para medicamentos.

Al principio, creyó estar presa por drogas. Marcó el teléfono de su madre durante dos semanas.

Creo que durante dos semanas marqué ese número, porque quería hablar con mi mamá. No comprendía qué pasaba, marcaba y marcaba y me mandaba al buzón de voz. Yo me quedaba pensando ¿qué hago? Y otra vez marcaba el número. Siempre, siempre esperaba una respuesta”, admitió.

Luego llamó a su padre, quien le explicó la verdad.

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