Ante la celebración de la Virgen de Guadalupe, la Iglesia subraya que el país mantiene su capacidad de unión, pese al miedo y la violencia, y que la fe puede ser un espacio para recuperar ánimo, diálogo y esperanza

MÉXICO — A pocos días de la celebración de la Virgen de Guadalupe, el próximo 12 de diciembre, la Iglesia católica aseguró que “México todavía sabe caminar unido”, incluso en un contexto marcado por la polarización, el miedo y la violencia, de acuerdo con La Jornada.

En la editorial del semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis de México destacó que millones de personas se preparan para llegar a la Basílica de Guadalupe, algunas para cumplir promesas y otras para expresar silencios, peticiones y esperanzas que les sostienen en momentos difíciles.

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¿Por qué la celebración guadalupana se ve como un espacio de unión?

La Iglesia considera que estas fechas funcionan como un punto de encuentro donde las diferencias se disipan y el espacio religioso se vuelve un “hogar común”. Según el texto, la Virgen de Guadalupe une culturas, lenguas y sensibilidades porque “habla la lengua del corazón”.

En su reflexión, el semanario resaltó escenas frecuentes en las peregrinaciones:

“En las peregrinaciones vemos a familias que buscan consuelo, jóvenes que claman por un futuro distinto, migrantes que piden protección, víctimas que anhelan justicia. Cada peregrino en movimiento representa un acto de esperanza que resiste al desencanto social”.

Un país que necesita diálogo y puentes

Desde la Fe señaló que la coyuntura actual exige construir puentes y no muros, así como promover el diálogo en lugar de la confrontación. En este sentido, la figura de la Virgen recuerda a las personas que están llamadas a vencer la indiferencia, recuperar la confianza y actuar como instrumentos de unidad, paz y esperanza.

La Iglesia afirma que estos elementos son fundamentales para enfrentar escenarios de violencia y tensión social.

¿Cómo puede ayudar la religión en momentos de incertidumbre?

En un país con desafíos de seguridad, desigualdad y polarización, la religión puede aportar espacios de calma y conexión humana. Para muchas personas:

• representa un lugar de consuelo emocional;
• ofrece un sentido de pertenencia en medio de la incertidumbre;
• facilita prácticas comunitarias que fortalecen el apoyo mutuo;
• fomenta la reflexión y la búsqueda de resolución pacífica de conflictos;
• ayuda a mantener la esperanza, incluso cuando las circunstancias parecen adversas.

En este contexto, la Iglesia sostiene que las celebraciones guadalupanas funcionan como un recordatorio de que, pese a las tensiones, México mantiene la capacidad de reunirse, caminar juntos y buscar horizontes de paz.

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