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Qué establece el nuevo Reglamento de la Ley de Aguas Nacionales y por qué redefine las sanciones y obligaciones en el uso del agua en México

El marco legal que regula el uso, concesión y preservación de las aguas nacionales permanece vigente y define criterios básicos de conservación, asignación, calidad y control hídrico

Qué establece el nuevo Reglamento de la Ley de Aguas Nacionales y por qué redefine las sanciones y obligaciones en el uso del agua en México

MÉXICO.- La Ley de Aguas Nacionales (LAN) —publicada originalmente en 1992— sigue siendo el principal instrumento jurídico que regula en México la explotación, uso, distribución y preservación de las aguas superficiales y subterráneas. Esta normativa, junto con su reglamento, establece las bases para que el agua sea considerada un bien nacional de carácter público, con reglas claras para concesiones, derechos de aprovechamiento, saneamiento, control y protección ambiental.

¿Qué es la Ley de Aguas Nacionales y qué regula?

  • La Ley regula el uso del recurso hídrico en todo el territorio nacional —aguas superficiales o del subsuelo— como bien de la Nación.
  • Su objeto es garantizar un manejo sustentable del agua: su explotación, uso o aprovechamiento; distribución; control de calidad y cantidad; así como preservación del recurso.
  • Incluye disposiciones para conceder o asignar derechos de uso, según disponibilidad, tipo de uso (urbano, agrícola, industrial, etc.), necesidades hídricas y normativas técnicas cabales.

En resumen: el agua en México es de todos, y su uso debe cumplir reglas estrictas de sostenibilidad, control y legalidad.

¿Qué dice el Reglamento de la Ley de Aguas Nacionales?

El Reglamento de la Ley de Aguas Nacionales —vigente desde su última reforma en 2014— detalla cómo deben aplicarse los mecanismos de concesión, asignación, control de calidad, tratamiento de aguas residuales, manejo de cuencas, sanciones por uso indebido, vigilancia y demás disposiciones.

Entre sus puntos clave destacan:

  • Reconocimiento de aguas nacionales: superficiales o subterráneas.
  • Regulación del uso agrícola, urbano, industrial, energético.
  • Control ambiental: normas de saneamiento y protección para cuerpos de agua, regulación de descargas, tratamiento de aguas residuales.
  • Mecanismos de concesión, asignación y registro de derechos de agua.
  • Sanciones administrativas y recursos de revisión ante violaciones.

Esto garantiza un marco técnico-jurídico coherente para la gestión del agua, con reglas claras sobre su uso, cuidado y preservación.

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Importancia actual: ¿por qué sigue siendo relevante en 2025?

  • El agua es un recurso esencial: consumo humano, riego, producción agrícola, industria, saneamiento. La LAN y su reglamento garantizan que siga siendo un bien público.
  • Permiten regular concesiones y evitar la sobreexplotación o uso indiscriminado de acuíferos.
  • Protegen cuerpos de agua, ecosistemas, costas y cuencas frente a contaminación, descargas industriales o urbanas.
  • Representan un marco de derecho y regulación indispensable frente a crisis hídricas, sequías, cambios climáticos y competencia por agua.

Incluso ante propuestas de reforma o ajustes normativos (como los recientes debates sobre una nueva ley general del agua), la LAN sigue siendo el fundamento jurídico del manejo hídrico en México.

La reforma prohíbe tratar el agua como mercancía, establece nuevos controles para concesiones y enfrenta protestas del campo que alegan desvalorización de tierras y burocracia. (Ap/Canva)

Derechos, obligaciones y concesiones: lo que la ley permite y regula

Entre los principios fundamentales que establece la ley + reglamento:

  • El recurso agua es propiedad de la Nación; ninguna persona física o moral lo posee.
  • Quienes extraen o usan agua deben contar con una concesión o asignación otorgada por el Estado, bajo condiciones de disponibilidad, uso, calidad y respeto a cuencas.
  • En caso de violaciones: uso ilegal, descargas sin tratamiento, desvío de cauces, sobreexplotación —el reglamento prevé sanciones administrativas y revisiones.
  • En materia de saneamiento y protección ambiental: la ley regula aguas residuales, su tratamiento, normativas de descarga, para proteger ecosistemas y salud pública.

Qué NO permite la ley: límites claros para regular el agua

La Ley de Aguas Nacionales no permite:

  • Que individuos o empresas vendan o “posean” el agua como propiedad privada
  • Utilizar agua sin concesión o asignación cuando ésta sea obligatoria
  • Evasión de regulaciones ambientales o descargas sin control

En ese sentido, la ley protege tanto el derecho humano al agua como los derechos colectivos y ambientales de la Nación.

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La Ley de Aguas Nacionales y su Reglamento conforman la base legal que regula el recurso hídrico en México desde 1992. A más de 30 años de su promulgación, sigue vigente, adaptándose a los cambios y siendo fundamental para garantizar que el agua se gestione como un bien nacional, regulado, sostenible y bajo el interés colectivo.

Con un marco legal claro, México tiene la posibilidad de mantener el acceso equitativo al agua, proteger ecosistemas, controlar contaminación y asegurar la disponibilidad futura del recurso.

Ante las discusiones recientes sobre reformas legislativas al manejo del agua, entender la LAN es clave para cualquier ciudadano —sea agricultor, habitante urbano, empresario o académico— que quiera conocer sus derechos y obligaciones.

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