Donación humanitaria en frontera permitirá reforzar servicios de salud, agua potable y atención psicológica en albergues saturados de personas en movilidad y retornados de Estados Unidos

México.— En respuesta a la creciente necesidad de atención a personas en situación de movilidad en la frontera norte de México, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días realizó una donación a Project HOPE, organización internacional con más de 65 años de experiencia en asistencia en salud y emergencias.

El proyecto beneficiará a cerca de 7 mil 500 personas ubicadas en nueve albergues de Tijuana, quienes enfrentan condiciones de vulnerabilidad y tienen acceso limitado a servicios de salud, apoyo psicológico y espacios de higiene adecuados.

De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), en lo que va del año más de 80 mil mexicanos han sido deportados desde Estados Unidos, y solo 47 mil han recibido asistencia consular, lo que evidencia la urgencia de fortalecer apoyos humanitarios y de salud en la región.

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Donación

La donación permitirá ofrecer consultas médicas, consejería psicológica y kits de higiene, mitigando los riesgos derivados de la saturación o cierre de albergues, que han dejado a miles de familias expuestas a enfermedades, violencia y discriminación.

“Este apoyo llega en un momento crítico. Nos permitirá atender necesidades básicas de salud y bienestar, fortaleciendo la resiliencia de quienes hoy se encuentran en tránsito o han sido retornados”, señaló Corina Martínez, directora de Project HOPE en México.

El proyecto, con duración inicial de seis meses, contempla la instalación de equipos médicos, distribución de medicamentos, atención psicológica, agua potable y kits de higiene, implementados en coordinación con la organización local Fronteras Unidas Pro-Salud, y con la participación de médicos, psicólogos y personal especializado.

Además, la iniciativa incluye un plan de sostenibilidad, centrado en la capacitación de personal local de salud, el mantenimiento de equipos médicos y el fortalecimiento de alianzas comunitarias, con el fin de garantizar que los beneficios continúen más allá de la fase inicial, aseguró Ernesto Guerrero, presidente de la Estaca Tijuana de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

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