“Se la entregué viva y me la devolvieron muerta”: madre de Stephany exige justicia tras la muerte de la joven de 19 años en un batallón de la Guardia Nacional
Familiares, amigos y colectivos feministas marchan en Acapulco, Guerrero, ante la presunta negligencia y hostigamiento dentro del Batallón 51
CIUDAD DE MÉXICO. 20 DE OCTUBRE DE 2025.- Cientos de habitantes de Ajalpan, Puebla, se volcaron a las calles para exigir justicia por Stephany Carmona Rojas, joven de 19 años que falleció dentro del Batallón 51 de la Guardia Nacional en Acapulco, Guerrero.
La manifestación reunió a mujeres, hombres, niños y adultos mayores que portaban pancartas, flores y veladoras, acompañando a la madre de la víctima, María Fernanda Rojas Romero.
Porque mi hija no se dejó callar y me la callaron. Tenía 19 años y apenas tenía una vida por delante y no es justo que por personas como ese tipo que se dicen ser Guardia Nacional que se supone que es el lugar donde ella debería de estar a salvo, no lo estuvo. Se las entregué en perfectas condiciones y me la devolvieron muerta”, dijo, según Milenio.
La caminata avanzó por las principales calles del municipio, con mujeres portando globos morados y hombres llevando flores blancas. Niñas y adolescentes sostenían carteles con mensajes como “Quiero crecer sin miedo”.
Frente al Palacio Municipal se colocó una ofrenda con veladoras, flores y fotografías de Stephany, mientras colectivos feministas exigían que la Guardia Nacional y las autoridades rindieran cuentas.
Inconsistencias en el reporte oficial
El parte oficial de la Guardia Nacional señala que la muerte de Stephany se debió a un “accidente con arma de fuego”, pero la familia denuncia múltiples inconsistencias desde el primer momento.
“Me llamaron para decirme que estaba lesionada. Después, una doctora me dijo que estaba grave, pero era mentira. Mi hija ya no tenía vida. ¿Por qué me engañaron? ¿Qué estaban ocultando?”, explicó.
La madre de la joven asegura que la información proporcionada sobre el estado de salud de su hija fue confusa y contradictoria, y que el cuerpo de Stephany fue entregado en condiciones que parecen ocultar responsabilidades.
“Se las entregué viva, en perfectas condiciones con sueños, con vida. Y me la devolvieron muerta, en una bolsa. No me la entregaron como una hija, me la entregaron como un objeto que querían desaparecer.”
“Si tengo que ir hasta el final, lo haré. No voy a descansar hasta que paguen los responsables”, agrego.
Hasta el momento, la Guardia Nacional no ha emitido un comunicado oficial sobre el caso.
Denuncias de acoso y hostigamiento
Stephany había ingresado a la Guardia Nacional en abril del presente año con la intención de servir a su país. Familiares y amigos aseguran que la joven sufrió acoso y hostigamiento dentro del cuartel, situación que habría reportado verbalmente a personas cercanas, aunque se desconoce si presentó alguna denuncia formal.
“Ella estaba contenta cuando entró pero pues desgraciadamente se topó con una realidad muy diferente a la que ella pensaba”, dijo una amiga.
“Siempre me decía, me insistía que sufría acoso, siempre me lo decía. Y yo de alguna u otra forma buscaba que se saliera de ahí, pero no pude, siempre me decía es mi sueño y estoy acá por mi sueño, pero no se vale que de esa forma arrebataran su vida en tan poquito tiempo que llevaba adentro, no se me hace justo”, coincidió otro amigo de la familia.
La familia ha solicitado la intervención de la Fiscalía General de la República y de instancias de gobierno debido a posibles irregularidades en las investigaciones internas de la institución.
“Desde el capitán hasta el coronel, todos callan. Nadie da la cara”, cuestionó María Fernanda y señaló directamente al coronel Héctor Zamudio, jefe del Batallón 51, quien presuntamente tenía la responsabilidad de salvaguardar la integridad de su hija. “Yo se la entregué a él. Él tenía que cuidarla. Tenía que regresármela viva.”
Repercusiones sociales y feministas
El caso ha generado una ola de indignación en Puebla y otros estados, movilizando colectivos feministas que exigen justicia y visibilizan la vulnerabilidad de las mujeres, incluso dentro de las fuerzas de seguridad. Las redes sociales se han llenado de mensajes, fotografías y videos con el hashtag #JusticiaParaFany, convirtiendo el caso en un símbolo de la lucha contra la violencia de género y la impunidad.
Los habitantes de Ajalpan recordaron a Stephany como una joven disciplinada, entusiasta y comprometida con sus sueños. La madre de la víctima sostiene que no busca venganza, sino justicia, y que la muerte de su hija no debe quedar como una cifra más en las estadísticas de feminicidios en México.
“Tenía solo 19 años. Quería vivir. Y no quiero venganza, quiero justicia. Porque mi hija no puede ser una cifra más.”, concluye.
Tal vez te interese: Asesinan al líder limonero de Michoacán; encontraron su cuerpo en su vehículo cerca de una carretera con impactos de bala