Investigadores alertan drástica disminución de focas de puerto en México
En seis años, la población de focas de puerto cayó de 7,380 a 2,863 ejemplares en la península de Baja California. Investigadores atribuyen la drástica disminución al calentamiento del mar y a la extracción de piedra bola

Drástica caída en la población de focas de puerto en México
MÉXICO — Un estudio del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese), la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) confirmó una disminución del 61.2% en la población de focas de puerto (Phoca vitulina richardii) en la península de Baja California entre 2016 y 2022.
“Hay una disminución evidente de 7 mil 380 a 2 mil 863 en el periodo analizado. Se trata de una caída tanto por colonia como en toda el área de distribución”, señaló María Guadalupe Ruiz Mar, estudiante del doctorado en Ciencias de la Vida del Cicese.
El calentamiento del mar, una de las causas principales

Ruiz Mar explicó a La Jornada que el descenso está relacionado con el aumento de la temperatura superficial del mar, que afecta la disponibilidad de alimento para la especie, y con la extracción de piedra bola, que deteriora su hábitat natural.
El equipo de investigación identificó un incremento de 0.7 grados centígrados en la temperatura del agua, lo que provoca que las presas de las focas se desplacen a zonas más frías.
“Si hay una baja disponibilidad de alimento, las focas no tienen las reservas energéticas necesarias para incrementar el número de crías. Si la hembra no está bien alimentada ni tiene reservas de grasa, no llevará a término la gestación ni podrá amamantar con éxito”, explicó la investigadora.
Distribución y monitoreo aéreo

En México, la foca de puerto sólo habita en Baja California y se distribuye en nueve islas y archipiélagos: Coronado, Todos Santos, San Martín, San Jerónimo, Natividad, Cedros, San Benito, San Roque y Asunción, además de algunos puntos de la costa.
Para el estudio, los científicos realizaron campañas aéreas a 300 metros de altura entre abril y junio, temporada en la que las focas permanecen más tiempo en tierra.
“Recorrimos desde el archipiélago Coronado hasta la Isla Asunción, así como la línea de costa desde Bahía Todos Santos hasta Bahía Asunción”, detalló Ruiz Mar. Las imágenes capturadas fueron analizadas con el software Image Pro Plus, que permitió contar y registrar a los animales digitalmente.
Menos colonias y mayor presión humana
Los resultados mostraron que el número de colonias pasó de 44 en 2009 a solo 4 entre 2016 y 2022, una reducción alarmante.
La disminución más lenta se registró en las islas Todos Santos, Natividad, San Benito, San Roque y San Jerónimo, donde existe mayor disponibilidad de alimento.
Ruiz Mar indicó que la extracción de piedra bola agrava la situación, ya que la presencia de maquinaria y personas espanta a las focas, obligándolas a huir al agua y abandonar las zonas donde descansan y se reproducen.
“Las focas son muy sensibles al disturbio. Creemos que la presencia de personas y vehículos provoca que huyan de forma persistente”, apuntó.
Expertos piden reforzar su protección
Gisela Heckel Dziendzielewski, investigadora del Cicese y directora del estudio, advirtió que la disminución responde a una combinación de factores ecológicos y humanos.
“En la mayoría de los problemas de conservación suele haber una combinación de factores ecológicos alterados y una fuerte influencia de actividades humanas que afectan a las poblaciones silvestres. En este caso, ambas dimensiones están incidiendo directamente en el declive de las focas de puerto”, explicó.
Heckel recordó que la foca de puerto del Pacífico se encuentra actualmente bajo protección especial según la NOM-059, pero ante la caída poblacional, propuso reclasificarla como especie amenazada.
“Tengo conocimiento de que la NOM-059 está en revisión, sería un buen momento para reconsiderar el estatus de conservación de la foca de puerto”, señaló.
También pidió a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) realizar inspecciones más rigurosas y evaluar la suspensión definitiva de la extracción de piedra bola.
“Proteger a las focas es proteger el océano”

Ruiz Mar subrayó la importancia ecológica de la especie, al actuar como depredador tope y regulador de los ecosistemas marinos.
“Si disminuyen sus poblaciones o se mueven de zona, algo que estas focas no hacen, es señal de que algo anda mal en su hábitat”, dijo.
Heckel concluyó que la desaparición de las focas es una señal de alarma ambiental:“La desaparición de estas focas es una señal clara de que el ecosistema marino y terrestre está bajo presión. Proteger su hábitat es proteger también la salud del océano.”
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