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Xóchitl Gálvez pierde peso tras perder la presidencia; Impresiona su cambio físico

La ex candidata a la presidencia, Xóchitl Gálvez, reconoció que tras perder las elecciones se conviritió en “gymrat”.

CIUDAD DE MÉXICO.- — En el vertiginoso mundo de la política mexicana, donde la imagen personal puede ser tan decisiva como las propuestas de gobierno, la excandidata presidencial Xóchitl Gálvez ha protagonizado un giro inesperado postelectoral.

Tras su derrota en las elecciones de junio de 2024 ante Claudia Sheinbaum, quien se convirtió en la primera presidenta de México, Gálvez no solo se alejó de los reflectores políticos, sino que se reinventó como una “gymrat” disciplinada.

En septiembre de 2025, reveló haber perdido 18 kilos gracias a una rutina intensa de ejercicios, un logro que compartió en redes sociales con orgullo.

La rutina de ejercicios de Xóchitl

En un video de septiembre de 2025, compartido en sus redes y cubierto por El Financiero, presumió:

No manches, ni yo lo puedo creer, son seis meses con entrenadora, ocho meses desde que regresé al gimnasio”.

Detalló su rutina: empuje de barra con peso, levantamiento con barra olímpica, desplantes con empuje de pelota, aumentando repeticiones y carga semanalmente.

Cada vez hago más repeticiones, cada vez cargo más peso, y me siento supercontenta, pero sobre todo superfuerte. Disciplina, constancia, es lo que me ha llevado a obtener unos resultados que me tienen supercontenta, 18 kilos abajo”.

Acude a un gym con barra olímpica y alberca, con mensualidades de hasta 2,000 pesos, según El Financiero. En julio de 2025, en Grupo Fórmula, aclaró rumores:

No tomé Ozempic, comencé una dieta de mil 200 calorías y hago ejercicio al menos dos horas diarias”.

La vida de Xóchitl después de la política

Hoy, “relajada, feliz y facturando”, administra empresas y es mamá, como contó a Azucena Uresti: “Hay vida después de la política, afirma Xóchitl Gálvez: ‘Cerré el pico, voy al gimnasio, regresé a ser mamá’”.

Este paralelismo no es casual. Ambas mujeres, ingenieras y políticas de alto perfil, usaron su evolución física como metáfora de resiliencia.

Sheinbaum lo hizo proactivamente: su imagen esbelta durante la campaña 2024 proyectaba control, alineado con sus “100 pasos para la Transformación”, que incluyen energías renovables y salud pública.

Gálvez, reactivamente, transforma la derrota en empoderamiento personal, ganando elogios en redes: “La constancia y la disciplina ya están rindiendo sus frutos”, como tituló Quién en septiembre de 2025.

Pero el timing importa. Mientras Sheinbaum ganó la presidencia —y 18 kilos menos en su haber implícito—, Gálvez perdió ambas batallas. ¿Lección? En política, como en el gym, la disciplina temprana pesa más que los remates tardíos. Hoy, con Sheinbaum al mando impulsando escuelas fitness, Gálvez podría inspirar a la oposición a “levantar pesas” colectivas. Al final, 18 kilos abajo no curan las urnas, pero sí el alma

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