Hospitales blindados: Sinaloa refuerza seguridad ante la ola de violencia
Protocolos de credenciales, vigilancia y traslados inmediatos buscan proteger a pacientes y personal médico.
A poco más de un año del recrudecimiento de la violencia en Sinaloa, los hospitales también se han convertido en escenarios donde el miedo se ha hecho presente. Según cifras oficiales, en este lapso se han registrado al menos seis ataques en centros médicos del estado, incluyendo el Hospital General de Culiacán, inaugurado en 2024 como símbolo de modernidad y que rápidamente se convirtió en un punto de riesgo.
Lo que antes era considerado un espacio sagrado, dedicado exclusivamente a la atención de la salud, ahora forma parte del mapa de la inseguridad, afectando tanto a pacientes como a médicos, enfermeras y familiares, según información publicada por Milenio Noticias.
Hospital General de Culiacán, foco crítico
El Hospital General de Culiacán se presentó como la unidad médica más moderna del noroeste del país, con quirófanos equipados con tecnología de punta y áreas diseñadas bajo estándares internacionales. Sin embargo, en menos de un año, ha enfrentado múltiples episodios violentos:
- 30 de agosto: Sicarios disfrazados de médicos ingresaron con batas y cubrebocas, ejecutando a un paciente bajo custodia que se recuperaba de una balacera.
- Mediados de septiembre: Una mujer se hizo pasar por trabajadora de la salud e intentó inyectar una sustancia a un paciente en recuperación; fue detenida por los gritos del propio paciente antes de concretar el ataque.
Estos incidentes pusieron en peligro la vida de pacientes, médicos, enfermeras y familiares, generando protestas por parte del personal de salud. La consigna “¡fuera baleados!” se volvió un símbolo de la desesperación y miedo constante que permea los hospitales de Sinaloa.
Un médico residente que pidió anonimato señaló:
Lo más duro no es solo atender a una persona herida de bala, sino pensar que en cualquier momento van a venir por él, armados, y que podemos quedar en medio”.
Protocolo integral de seguridad
Frente a estos hechos, el gobierno estatal implementó un plan de seguridad integral para blindar los hospitales sin perder su esencia de espacios de atención y confianza.
Principales medidas:
- Credencialización biométrica: Más de 1 mil 700 trabajadores están registrados con credenciales con chip y holograma, restringiendo el acceso a áreas sensibles.
- Cámaras y Código Plata: Monitoreo 24 horas vinculado al Código Plata, protocolo de emergencia ante situaciones violentas dentro de hospitales.
- Controles de acceso: Lectores biométricos restringen el ingreso a salas donde se atiende a pacientes heridos por armas de fuego o de alto riesgo.
- Visitas supervisadas: Las visitas a pacientes con heridas de bala o bajo custodia judicial solo se realizan acompañadas de seguridad.
- Guardia Nacional en perímetro: Presencia permanente afuera de hospitales, sin militarizar áreas médicas.
- Traslados inmediatos a penales: Pacientes catalogados como alta peligrosidad son estabilizados y enviados a centros penitenciarios; si requieren cirugía, se trasladan nuevamente bajo custodia.
El secretario de Salud, Cuitláhuac González Galindo, explicó:
“El objetivo es disminuir riesgos y que los trabajadores se sientan más tranquilos. La Guardia Nacional está en el perímetro, no adentro, para que los hospitales no se conviertan en cuarteles”.
Debate sobre seguridad y derecho a la salud
El protocolo ha generado debate entre médicos y organizaciones de derechos humanos. Algunos consideran que el blindaje podría transformar los hospitales en extensiones del sistema penitenciario, mientras que otros lo ven como la única forma de prevenir tragedias mayores.
- Riesgo de retrasos: Un exceso de filtros o traslados podría afectar la atención en casos críticos.
- Percepción de familiares: Pacientes y acompañantes reconocen sentirse más seguros, pero también mantener miedo constante. Una madre que acompañaba a su hijo lesionado comentó:
Sabemos que aquí puede entrar cualquiera a rematar, y aunque haya militares afuera, uno no deja de tener miedo”.
Desafío: recuperar la confianza
Especialistas en salud pública advierten que la seguridad no puede limitarse solo a vigilancia tecnológica. Para que los hospitales vuelvan a ser refugios seguros, es necesario integrar:
- Medidas de prevención social.
- Atención psicológica al personal de salud.
- Mecanismos de confianza ciudadana.
Hoy, los hospitales están blindados, pero pacientes, familiares y trabajadores aún enfrentan la sensación de inseguridad que ha marcado el último año.