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Carlos Cadena, presidente de la Fundación Vinte: trayectoria, valores y comunidad

Carlos Cadena, presidente de la Fundación Vinte: trayectoria, valores y comunidad

La labor de Carlos Cadena, presidente de la Fundación Vinte, ha transformado su experiencia empresarial en un compromiso con la comunidad. Desde su papel como socio fundador de Grupo Vinte entendió que la vivienda debía concebirse como un espacio de desarrollo humano, no solo como una construcción. La creación de la entidad que encabeza le permitió trasladar esa visión a programas concretos que, en pocos años, han alcanzado a miles de familias en todo México.

El origen de Carlos Alberto Cadena Ortiz de Montellano se sitúa en un entorno familiar estable, con una educación orientada a la conciencia social. Sus padres se encargaron de inculcarle valores que trascendieran lo económico, y fue su madre quien lo impulsó a mantener “los pies en la tierra”. Gracias a experiencias en comunidades menos favorecidas y a actividades de apoyo, descubrió desde pequeño que colaborar y compartir eran responsabilidades ineludibles.

Desde una edad temprana, Cadena participó en iniciativas como la entrega de juguetes en orfanatos o la organización de actividades para comunidades de bajos recursos. Aquellas primeras experiencias coincidieron con su formación en un colegio multicultural apoyado por la FAO, donde conoció de cerca realidades muy distintas a la suya. Ese contacto temprano con la diversidad lo convirtió en alguien más observador, cuidadoso y consciente de los retos sociales.

Durante la adolescencia, ingresó a una secundaria pública, donde reafirmó su carácter inquieto y reflexivo. A la par, se interesó en la música y formó parte de una banda dirigida por uno de sus tíos. También enfrentó dificultades cotidianas, como la falta de dinero para poner en marcha sus ideas personales, lo que le enseñó a valorar el esfuerzo propio.

Su carácter emprendedor se manifestó temprano. Trabajó transportando ganado de Querétaro a Canadá, en jornadas largas y exigentes que requerían dormir poco y adaptarse a condiciones duras. Más tarde, en plena crisis de 1994, fundó junto con su hermano y amigos una casa de cambio en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Con apenas 10,000 dólares de capital inicial, lograron duplicar resultados el primer día de operaciones. Para 1997 ya contaban con once sucursales y la invitación a participar en el MexDer, el Mercado Mexicano de Derivados.

Más tarde ingresó en la política donde tuvo cargos públicos de los cuales aprendió que trabajar por una ciudadanía con cohesión social es clave para el desarrollo de un país. Durante esos 7 años, su curiosidad por el conocimiento y la necesidad de ver el panorama macro para advertir riesgos y soluciones de largo plazo, ampliaron su visión. Actualmente, él mismo reconoce que haber participar en el mundo emprendedor, empresarial y político, con mentalidad social, le han permitido forjar un liderazgo consciente de alto impacto. “Me considero un agente de cambio”, señala.

El camino de Carlos Cadena hacia Vinte

El ámbito personal de Carlos Cadena, presidente de la Fundación Vinte, tuvo un peso determinante en el rumbo que más tarde tomaría su carrera. Su esposa, vinculada a proyectos de apoyo emocional y prevención de la violencia, lo acercó a iniciativas como Fundación Origen. Fue en ese espacio donde conoció a Sergio Leal, con quien años después fundaría Grupo Vinte. “A pesar de que nuestras esposas trabajaban juntas en la Fundación Origen, no conocía a Sergio”, recuerda. Aquella primera conversación reveló que ambos compartían la inquietud de emprender en el sector inmobiliario.

El destino colocó a Carlos Alberto Cadena en el momento adecuado. Su amistad, a los 22 años, con Luis Orvañanos, fundador de Grupo GEO, le había dado perspectiva sobre la industria inmobiliaria. Tenía claro que el diferencial de cualquier nuevo proyecto debía estar en la construcción de comunidad. Así nació Vinte, junto con Sergio Leal, René Jaime Mungarro, Antonio Zúñiga Hernández y José Antonio Soto Montoya, bajo principios claros: levantar viviendas con la calidad suficiente para que los propios socios pudieran habitarlas y garantizar que cada proyecto generara un impacto social real.

Soy sociólogo de formación y la filosofía ocupa un lugar muy importante en mi vida”, comenta el empresario y ejecutivo Cadena Ortiz. Para él, el entorno en el que habitan las personas es determinante, y por eso la vivienda debe concebirse como un espacio donde se articula la vida comunitaria, más allá de ser únicamente una construcción física.

Con Vinte, Carlos Cadena y sus socios desarrollaron un modelo que permite a las viviendas incrementar su valor patrimonial y, al mismo tiempo, fomentar la cohesión social. Este enfoque ha dado como resultado que miles de familias mexicanas encuentren no solo un techo, sino un entorno diseñado para mejorar su calidad de vida y fortalecer los lazos comunitarios.

Fundación Vinte: la consolidación del propósito social

En 2020, esa filosofía tomó forma institucional. Fundación Vinte, presidida por Carlos Cadena, nació como la primera fundación empresarial de América Latina enfocada en la reconstrucción del tejido social en comunidades vulnerables. Con el Modelo Comunitario Participativo, se diseñaron proyectos que involucran a gobiernos, organizaciones civiles, empresas privadas y ciudadanos en la construcción de soluciones colectivas.

A lo largo de sus primeros años, la fundación ha logrado impactar a más de 150,000 personas en trece estados de la República. Sus programas abarcan salud, educación, cultura, deporte, medio ambiente, prevención de adicciones y recuperación de espacios públicos.

La Fundación Vinte, bajo la dirección de Carlos Cadena, trasciende la asistencia temporal y orienta sus esfuerzos a generar sentido de pertenencia y participación activa entre los beneficiarios. Huertos urbanos, actividades culturales, capacitaciones laborales y torneos deportivos son ejemplos de cómo el modelo fomenta cohesión social mientras promueve hábitos saludables.

El futuro se proyecta con metas ambiciosas: medio millón de beneficiarios en 2027 y un millón para 2030. Estos objetivos están alineados con el Plan Estratégico 2026–2029 de ONU-Hábitat y con doce de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Para Carlos Cadena Ortiz, como líder de la Fundación Vinte, se trata de demostrar que la empresa privada puede ser un aliado clave en el desarrollo humano sostenible.

Principios que definen el liderazgo de Carlos Cadena

Actualmente, Carlos Cadena combina su papel como director de Relaciones Institucionales de Vinte con la presidencia de la fundación. A través de la Cátedra Vinte, promueve charlas con colaboradores sobre el valor compartido, la confianza y el trabajo en equipo. Para él, la confianza es un intangible de gran valor, y la verdad debe ser el sistema operativo de cualquier proyecto.

En sus propias palabras: “No asumir que tienes la razón es vital para cualquier proceso. Puede ser que sí la tengas, pero solo el cuestionamiento y el tiempo te lo van a confirmar o a negar”. Dicha mentalidad explica la apertura de la fundación a la escucha activa y al diálogo constante con las comunidades.

En un país donde los desafíos de vivienda, educación y cohesión social siguen siendo enormes, la combinación de visión empresarial y propósito social abre nuevas posibilidades. La trayectoria de Carlos Alberto Cadena Ortiz demuestra que es posible equilibrar rentabilidad y compromiso comunitario, construyendo también ciudadanía.

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