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Hombre de 72 años es sentenciado a 41 años de prisión tras admitir el feminicidio de una adolescente; la estranguló y la enterró en el patio de su casa

Armando Leyva Castro aceptó su culpabilidad en un procedimiento abreviado.

CIUDAD JUÁREZ, Chihuahua.- Armando Leyva Castro, de 72 años de edad, fue sentenciado a 41 años de prisión tras admitir ser el responsable del feminicidio agravado de L. A. B. V., una adolescente de 14 años. La jueza Lizbeth Marbella del Carmen Barraza Morales, del Tribunal Especializado en Violencia de Género, dictó la resolución ayer durante una audiencia intermedia.

La condena se produjo en la misma fecha en que la joven víctima fue enterrada en el panteón Sueños Eternos. Sus padres se declararon agradecidos de poner fin a “este infierno” y conformes con la sentencia, que garantiza que Leyva Castro cumplirá su condena en prisión, sin posibilidad de libertad condicional o arresto domiciliario. Agradecieron además el trabajo de la Fiscalía de la Mujer.

Los padres compartieron al medio El Diario de Juárez, que su hija fue una joven “muy feliz, que hablaba con todos y confiaba mucho en las personas”. Lamentaron que esa última cualidad, su confianza, “también fue su ruina”.

La investigación reveló que L. A. había establecido contacto por WhatsApp y TikTok con un hombre adulto identificado como “Carlos Cha”, de 53 años, quien se dirigía a ella con palabras cariñosas y le prometía “darle la vida que merecía”.

El 6 de septiembre, L. A. salió de su casa fingiendo ir a clases, pero en realidad planeaba escapar de la escuela para encontrarse con este hombre en la Catedral del centro de la ciudad. Testigos relataron que una amiga intentó impedírselo sin éxito, ante la indiferencia de un prefecto de la secundaria a la que asistía.

Al día siguiente, 7 de septiembre, un albañil la vio en la colonia Zaragoza, aún con su uniforme escolar. La adolescente le confesó que había salido de su casa por problemas y que llevaba horas caminando. Horas más tarde, el mismo trabajador, al ver una publicación sobre su desaparición en redes sociales, alertó de inmediato a la familia.

La tarde del 7 de septiembre, L. A. fue vista por última vez con vida en público, cerca de la casa de Armando Leyva Castro. Un vecino (identificado como Testigo 1) lo ayudó a buscar un cuchillo y, al entrar a la cocina del ahora sentenciado, vio a la adolescente vestida con una camiseta larga. Leyva Castro le dijo que era “su amiga” y que se quedaría unos días ayudando con la limpieza.

El domingo 8 de septiembre, otro vecino (Testigo 3) reconoció a la joven de los carteles de búsqueda y le advirtió a Leyva Castro que la reportara, pero éste ignoró la advertencia. A partir del día 9, la casa permaneció cerrada.

El crimen y la confesión

El martes 10 de septiembre, Leyva Castro pagó a un vecino (Testigo 2) para que cavara un hoyo en su patio, argumentando que quería plantar un árbol. El miércoles 11, por la noche, amenazó de muerte al Testigo 1 y le confesó el crimen: “Ya me la chingué, me chingué a la niña. Le apreté el cuello hasta que sacó la lengua”.

Relató que la asesinó bajo el pretexto de que “sabía mucho”, y que luego depositó su cuerpo en el hoyo, que fue cubierto con tierra y una plancha de cemento al día siguiente.

El cuerpo de L. A. fue encontrado el 18 de septiembre en el patio de la vivienda. Tenía signos de agresión física y asfixia por estrangulamiento.

Durante la audiencia, Leyva Castro aceptó todos los cargos en su contra mediante un procedimiento abreviado, renunciando así a un juicio oral y a cualquier apelación futura. Con esta condena, el caso judicial llega a su fin, dando un cierre legal a una tragedia que conmocionó a la comunidad.

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