Leona Vicario, primera mujer periodista en México y heroína de la Independencia
Se dice que Leona Vicario fue la primera mujer periodista del país.
CIUDAD DE MÉXICO. 16 DE SEPTIEMBRE DE 2025. Cada año, el Grito de Independencia nos hace pensar en Miguel Hidalgo, José María Morelos o Josefa Ortiz de Domínguez. Pero detrás de esos nombres hay una larga lista de mujeres que también dieron su vida y su voz por la libertad. Una de ellas fue Leona Vicario, pionera, valiente y decidida, aunque por mucho tiempo la historia apenas la mencionó.
¿Quién fue Leona Vicario?
Leona Vicario nació en un momento de grandes cambios: la Revolución Francesa, las transformaciones en España y el inicio de un despertar en la Nueva España. Hija de Gaspar Martín Vicario, un comerciante español, y de la criolla Camila Fernández de San Salvador, quedó huérfana a los 18 años y bajo el cuidado de su tío, el abogado Agustín Pomposo Fernández de San Salvador.
Gracias a la herencia de sus padres pudo estudiar Bellas Artes y Ciencias, algo poco común para las mujeres de su tiempo. Aquello le dio un espíritu crítico que pronto la acercó al mundo de las letras y al periodismo.
¿La primera periodista de México?
Se dice que Leona Vicario fue la primera mujer periodista del país. Bajo el seudónimo de Enriqueta, publicó en medios como El Semanario Patriótico Americano, El Federalista y El Ilustrador Americano.
Desde sus textos apoyaba en clave a los insurgentes y hasta utilizaba nombres literarios para referirse a ellos. Fue así como sus ideas llegaron a quienes estaban luchando en el campo de batalla.
Cuando estalló la guerra, no dudó: se unió al movimiento. Desde la Ciudad de México enviaba información valiosa a los insurgentes y también los apoyaba con bienes materiales.
Amor, cárcel y resistencia
En 1813 se casó con Andrés Quintana Roo, pero ese mismo año fue encarcelada por conspirar a favor de la Independencia. Escapó, huyó a Oaxaca y más tarde se unió a las tropas de Morelos. El gobierno varias veces le ofreció el indulto si abandonaba la causa… pero ella se negó.
En 1817, tras el nacimiento de su hija, fue apresada de nuevo. Aceptó un indulto condicionado a irse a España, aunque finalmente regresó a la Ciudad de México. Pasó sus últimos años en su casa de la calle Cocheras —hoy República de Brasil #37—, donde murió el 21 de agosto de 1842 a los 53 años.
El legado de una heroína
El reconocimiento a su figura llegó después: en 1900 sus restos fueron llevados a la Rotonda de las Personas Ilustres, en 1925 a la Columna de la Independencia, y su nombre quedó grabado con letras de oro en el Congreso del estado de Quintana Roo.
Incluso en 2019, autoridades federales y locales develaron una placa en la casa donde murió, para recordar que su vida fue tan importante como la de los hombres que lideraron el movimiento.
Hoy, 16 de septiembre, al gritar ¡Viva México!, también recordamos a Leona Vicario.
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