Embajador de EU respalda postura de Marco Rubio: cárteles son “terroristas”

CIUDAD DE MÉXICO— El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, respaldó la postura del senador Marco Rubio al afirmar que los cárteles de la droga no pueden seguir siendo tratados como simples pandillas, debido al poder y control territorial que ejercen.

En una carta pública, Johnson calificó a los grupos criminales con operaciones en México y Latinoamérica como “terroristas que destruyen vidas, corrompen instituciones y mantienen como rehenes a comunidades enteras”.

El diplomático sostuvo que, para desarticular estas estructuras, es necesario trabajar en conjunto con el gobierno de Claudia Sheinbaum para que “los cárteles sean los que tengan miedo” frente a la fuerza y determinación de ambos países.

México

Sheinbaum afirma que no hay preocupación por drones de cárteles cerca de la frontera con EEUU

“Esto no se trata de que Estados Unidos actúe solo. Se trata de construir un frente conjunto e inquebrantable con México para defender a nuestros ciudadanos, desmantelar las redes de los cárteles y asegurar que las únicas personas que deban temer por su futuro sean aquellas que lucran con el asesinato, la adicción y el caos”, señaló.

Fuerzas armadas de EEUU contra México

El posicionamiento ocurre después de que el presidente Donald Trump enviara una directriz al Pentágono para que las Fuerzas Armadas estadounidenses participen en operaciones contra cárteles.

Aunque no se ha precisado su alcance, The New York Times adelantó que podría incluir acciones en mar y suelo extranjeros.

En México, la presidenta Claudia Sheinbaum descartó que se trate de una intervención militar en territorio nacional, asegurando que la orden de Trump aplica únicamente dentro de Estados Unidos.

Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores reiteró que cada país debe atender las causas internas que provocan las adicciones y la violencia derivada del tráfico ilegal de drogas y armas.

También te puede interesar: Donald Trump ordena el despliegue de agentes federales en Washington D.C. para imponer control ante lo que califica como ola de criminalidad