Aumentan las bajas voluntarias en la Marina y Ejército mexicano

México.- La Marina perdió 5 mil 307 elementos entre 2022 y 2024, marinos que solicitaron de manera voluntaria su salida de la institución. Esta cifra representa un aumento del 273 por ciento en comparación con el periodo 2019 a 2021, cuando solo se registraron mil 419 bajas.

Según el especialista en fuerzas armadas y seguridad nacional, Víctor Antonio Hernández, diversas circunstancias pueden llevar a un soldado a solicitar su baja, aunque considera que estas son un problema sistemático en la historia de las Fuerzas Armadas mexicanas.

“Ser soldado es aprender a ser pobre de forma profesional. Las deserciones y bajas han ocurrido sistemáticamente", explica Hernández.

Según el experto, las condiciones de vida de los soldados rasos en México son precarias en comparación con las de sus contrapartes en Estados Unidos o Europa.

Bajas voluntarias

El número de bajas voluntarias ha ido en aumento desde 2022. En el caso del Ejército, las bajas también crecieron, aunque en menor proporción: entre 2022 y 2024 fueron 6 mil 549, un aumento del 130 por ciento respecto al periodo 2019-2021.

Uno de los factores que explican este incremento es la creación de la Guardia Nacional y los movimientos internos que provocó dentro de las Fuerzas Armadas.

Miles de elementos fueron transferidos de la Marina y la Defensa Nacional a la nueva corporación, lo que generó descontento.

“Muchos marinos no querían causar alta en la Guardia Nacional. Querían ser ingenieros navales o policías navales, no trabajar para la Defensa Nacional“, indicó Hernández, director del Instituto Latinoamericano de Estudios Estratégicos (ILEES).

Otro factor es el acoso y abuso dentro de las corporaciones. Hernández señala que prácticas como la potreada, novatadas y violencia son comunes y contribuyen a que muchos elementos decidan abandonar la institución.

El testimonio de Karla, ex integrante de la Guardia Nacional, ilustra esta problemática. Karla, quien ingresó hace cinco años a la Defensa Nacional como policía militar, sufrió acoso sexual, hostigamiento laboral, mala atención médica y abuso de autoridad tras su traslado a la Guardia Nacional.

“Llegué a un punto donde mi cabeza no podía más. Era una presión psicológica muy fuerte. No podía con eso. No me metí a ese trabajo para estar deprimida y cuidándome las espaldas. Yo esperaba más del Ejército", relató la joven de 28 años.

Estos testimonios y cifras reflejan los retos internos que enfrentan actualmente las Fuerzas Armadas mexicanas, en un contexto de transformaciones institucionales y persistentes problemas de condiciones laborales.

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