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Jornada laboral de 40 horas: diputada Viri Ríos rompe con mitos en contra de la reforma

Afirmó que las empresas tienen márgenes suficientes para absorber el cambio sin quebrar, incluso las pequeñas.

En el marco del debate nacional sobre la reducción de la jornada laboral en México, la diputada Viri Ríos compartió sus argumentos para desmentir algunos de los mitos más recurrentes en contra de esta reforma.

Durante su intervención, la legisladora expuso con datos económicos y evidencia académica por qué considera que es hora de terminar con el modelo económico basado en bajos salarios y sobreexplotación laboral.

Mito 1: Reducir la jornada laboral quebraría a las empresas

Uno de los principales temores promovidos por sectores empresariales y políticos conservadores es que una jornada laboral de 40 horas semanales llevaría a la quiebra a muchas empresas. Sin embargo, Ríos sostiene que este argumento es falso y lo respaldó con los siguientes datos: en México, los empresarios se quedan con un promedio del 65% del valor agregado que se genera en las empresas, lo cual representa una de las proporciones más altas del mundo. En otras palabras, el “pastel” económico está distribuido de forma desigual, en detrimento de los trabajadores.

En comparación, en otros países los empresarios obtienen menos de la mitad del valor agregado, lo que indica que en México existe margen suficiente para mejorar las condiciones laborales sin afectar la viabilidad empresarial.

Esta concentración de riqueza en manos del capital, según Ríos, demuestra que la resistencia a la reforma responde más a una defensa de privilegios que a una preocupación real por la economía nacional.

Mito 2: Solo quebrarían las empresas pequeñas

Otro argumento común es que, aunque las grandes empresas podrían absorber el impacto de reducir la jornada laboral, las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) no podrían sobrevivir. Ríos reconoce que las pequeñas empresas tienen márgenes de ganancia menores —en promedio, cuatro puntos porcentuales menos que las grandes—, pero señala que la diferencia entre los márgenes en México y en otros países de Latinoamérica es mucho mayor: 14 puntos porcentuales.

Esto significa que, incluso las pequeñas empresas mexicanas operan con márgenes mayores que sus equivalentes en la región, lo cual les da espacio para realizar ajustes sin que ello implique el colapso financiero. “También hay espacio en las empresas pequeñas para darle más al trabajador”, insistió la diputada.

Mito 3: La productividad se vería afectada negativamente

Contrario a lo que sostienen los críticos de la reforma, la reducción de la jornada laboral no implicaría necesariamente una baja en la productividad. De hecho, la evidencia internacional sugiere lo contrario: en algunos casos, la productividad ha aumentado hasta en un 40% cuando se han reducido las horas de trabajo.

Además, Ríos destaca un fenómeno preocupante en México: la productividad laboral ha aumentado de forma sostenida en los últimos años, pero los salarios no han crecido al mismo ritmo. Entre 2004 y la fecha, por cada aumento del 1% en la productividad laboral, los salarios solo han crecido 0.35 puntos porcentuales

Esto evidencia un modelo económico que extrae más valor del trabajo sin retribuirlo proporcionalmente, lo cual profundiza la desigualdad.

Mito 4: Reducir la jornada laboral aumentará la inflación

Finalmente, Ríos aborda uno de los temores más recientes: que una jornada de 40 horas provocaría un aumento de la inflación. Sin embargo, desestima esta idea al señalar que los márgenes de ganancia empresarial en México son anormalmente altos. En promedio, las empresas mexicanas tienen un margen de utilidad del 57%, comparado con un promedio mundial de 33%.

Esto significa que los precios no están impulsados principalmente por los costos laborales, sino por la alta rentabilidad que las empresas obtienen. Por tanto, una mejora en las condiciones laborales no debería trasladarse necesariamente a un aumento de precios, especialmente si los márgenes actuales pueden absorber ese ajuste.

Una deuda histórica y un llamado a la acción

Para cerrar su intervención, Viri Ríos denunció la falta de voluntad política que ha prevalecido en el Congreso durante más de una década. En los últimos 14 años se han presentado 18 iniciativas para reducir la jornada laboral, todas sin éxito. Para la legisladora, este patrón refleja la “cobardía” de una clase política que ha pospuesto una reforma necesaria, a pesar del respaldo ciudadano y los argumentos técnicos que la sustentan.

Si bien celebró que la presidenta Claudia Sheinbaum haya puesto el tema sobre la mesa, enfatizó que “necesitamos mucho más que promesas”. Lo urgente, según Ríos, es una reforma laboral concreta que garantice una jornada laboral digna, en línea con los estándares internacionales y con justicia para los trabajadores mexicanos.

Contexto internacional y relevancia actual

La discusión en México ocurre en un momento en el que varios países avanzan hacia jornadas laborales más cortas sin perder productividad. Experimentos en países como Islandia, Reino Unido y España han mostrado que reducir las horas de trabajo puede mejorar la salud mental, aumentar la motivación y mantener o incluso incrementar la productividad.

En ese sentido, México, uno de los países con más horas trabajadas al año en el mundo según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se encuentra rezagado en términos de bienestar laboral.

Una jornada de 40 horas no solo es justa, sino urgente, argumentan los defensores de la reforma.

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