Ataca a feminicida de su hija pero la apuñala y logra sobrevivir

Casandra: la voz de una doble víctima del feminicida de Iztacalco

IZTACALCO — El testimonio de Casandra, madre de la joven Maria José, de 17 años, expone la brutalidad de la que fue víctima junto a su hija a manos de Miguel N, conocido como el “químico feminicida de Iztacalco”. Casandra pasó 27 días hospitalizada y aún se recupera de las ocho heridas de cuchillo que la dejaron al borde de la muerte. En una entrevista para Nmás, relató los aterradores momentos que vivió el 16 de abril de 2024, cuando descubrió a Miguel en la habitación de su hija.

El horror dentro de casa

Cuando entro a mi casa, veo la puerta del cuarto de mi hija abierta y escucho ruidos. Pensé que era ella, así que me dirigí al cuarto. Lo primero que encontré fue al asesino de mi hija sobre ella. Estaba semidesnuda, acostada atravesada en su cama. Creo que lo sorprendí, porque cuando lo vi, le grité: ‘¿Qué le estás haciendo?’ Mi reacción fue atacarlo, le arañé la cara, pero en ese momento mi corazón de madre me dijo que mi hija ya estaba muerta.

—  Narra Casandra con dolor.

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Una lucha por sobrevivir

Miguel N respondió con brutalidad. Comenzó a apuñalar a Casandra, quien intentó retroceder para defenderse. “No dejaba de atacarme, me acuchilló el cuello, las costillas, el pecho y el abdomen. Yo gritaba y luchaba para resistir, pero él no paraba. En un momento pensé en lanzarme por la ventana, pero me sujetó de la mano y caímos juntos con la cortina”, explicó. Los vecinos y la policía llegaron cuando ella, con las fuerzas que le quedaban, logró abrir la puerta. “Me preguntaron qué había pasado y les dije que había sido un vecino. Yo lo había visto antes, lo reconocí al instante”, añade Casandra.

México

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Impunidad que cobra vidas

Miguel N, hoy conocido como el “químico feminicida de Iztacalco”, está relacionado con al menos dos feminicidios más y la desaparición de tres mujeres en la Ciudad de México. Casandra denuncia que la tragedia que ella vivió podría haberse evitado si las autoridades hubieran actuado de manera oportuna.

El feminicidio de mi hija no hubiera ocurrido si Miguel N hubiera sido detenido cuando cometió su primer crimen. Si la Fiscalía hubiera trabajado como debía, mi hija hoy seguiría viva.

—   Casandra.

Maria José, de tan solo 17 años, estaba en el inicio de su vida. Su testimonio refleja el dolor y la impotencia de una madre que perdió a su hija debido a la negligencia como ella comenta, de las autoridades y la violencia de un asesino que, hasta entonces, había eludido la justicia.

Murió en manos de un asesino, y hoy mi hija es un número más en las estadísticas de feminicidios. No hablo por mí, hablo por la muerte de mi hija, por el feminicidio de mi hija.

—  Casandra.

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Casandra ha decidido alzar la voz, no solo en memoria de su hija, sino también para denunciar las omisiones y los retrasos en la investigación que facilitaron la impunidad de Miguel N.