Esta música escuchaba Miguel Hidalgo antes de la batalla
Antes de que un enfrentamiento se diera, las fuerzas insurgentes tenían una canción que marcaba la aproximación de la batalla.
Es difícil pensar en la música en tiempos de guerra mientras hay cosas mucho más importantes sucediendo, pero cuando había un tiempo calmado, en las fiestas durante la época de la Independencia había ritmos que amenizaban y que ocurrían en una época de gran trascendencia.
Lleno de pasión, alegría y algunas bastante energéticas estas son las canciones que sonaron mientras se luchaba la guerra de Independencia de México. Aunque no existen grabaciones originales de lo que escuchaba, la tradición se ha extendido hasta nuestros tiempos para poder ser replicadas.
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Los estilos de música en los 1800
Según datos de la Fonoteca Nacional de México, la recopilación de géneros populares de la época en la que vivían Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Agustín de Iturbide y otros héroes se habla de como los estilos que sonaban más eran el jarabe, las ensaladas, las peteneras, las malagueñas y los fandangos.
Como parte esencial de las fiestas populares, el jarabe y su zapateado vigoroso junto a los fandangos mostraban una esencia distinta, se tocaban el conocido jarabe calentano y sones jarochos, que eran marcados por una energía descomunal y por sus frases repetitivas además de imponer un ritmo bastante alegre.
Durante la Guerra de Independencia, la música era una experiencia exclusivamente en vivo, ya que no existían grabaciones o medios de reproducción. Se escuchaba principalmente en iglesias, donde la música sacra acompañaba las ceremonias religiosas, y en las plazas públicas o en fandangos. Instrumentos como el violín, la jarana y el arpa eran protagonistas en estos eventos. Además, las clases altas disfrutaban de zarzuelas y música de cámara en eventos privado
Censura musical en tiempos de la Inquisición
Si bien, existía una riqueza musical de época, no cualquier estilo era bien recibido por las autoridades, especialmente el jarabe, que según la Fonoteca Nacional, varias versiones fueron prohibidas por la Santa Inquisición.
La forma de bailar y las letras de las canciones eran vistas como un desafío a las normas morales de la época pero al mismo tiempo, eran reconocidas como piezas que reflejaban la resistencia cultural frente a la censura e imposiciones.
Esto se escuchaba antes de la batalla
Antes de que un enfrentamiento se diera, las fuerzas insurgentes tenían una canción que marcaba la aproximación de la batalla.
Según el historiador Víctor Manuel Ballesteros, la melodía titulada como Rema Ranita, del insurgente Juan Osorno, una persona activa en la guerra desde 1811, era tocada por 4 músicos también parte del ejercito insurgente.
Se dice que la canción era utilizada antes de entrar en batalla, sirviendo como inspiración y aliento para las tropas insurgentes, especialmente en los Llanos de Apan, una región clave en la lucha independentista.
La música en ese momento se convertía en algo más que entretenimiento, pasaba a ser una poderosa herramienta que ayudaba al enfoque, motivación y la unidad entre los insurgentes.
Muchas de estas canciones, para los insurgentes eran fuentes de información y documentación, se llenaban de todos los sucesos y servían para recapitular las acciones del ejercito insurgente de cara al futuro del movimiento.
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