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Cárteles ofrecen estas cantidades de dinero a sus sicarios

La escasa presencia gubernamental en algunas zonas de Chiapas, facilita la operación casi impune de estos cárteles.

El Cártel de Sinaloa (CDS) y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han aprovechado la ubicación estratégica y el alto nivel de marginación en Chiapas para expandir sus operaciones y reclutar nuevos miembros.

Esta región, conocida como “la puerta del sureste mexicano”, ha sido testigo de un aumento significativo en la violencia debido a la guerra entre estos dos poderosos grupos criminales que buscan el control territorial.

Chiapas colinda con Guatemala, proporcionando una entrada directa a rutas internacionales de tráfico de drogas desde Sudamérica hacia México y, finalmente, Estados Unidos.

La extensa selva y las áreas rurales de difícil acceso en Chiapas ofrecen un entorno ideal para el cultivo de amapola y marihuana, así como para la instalación de laboratorios clandestinos de drogas sintéticas.

La escasa presencia gubernamental en estas zonas facilita la operación casi impune de estos cárteles.

La pobreza y la falta de oportunidades económicas en Chiapas han sido explotadas por el CDS y el CJNG para reclutar jóvenes.

Según el investigador Gerardo González, los cárteles ofrecen hasta 30 mil pesos mensuales (aproximadamente 1,800 dólares) para que los jóvenes se unan voluntariamente a sus filas. Esta suma es considerablemente atractiva en una región con altos niveles de marginación.

Reclutamiento Forzado

Además del reclutamiento voluntario, también se ha reportado el reclutamiento forzado, donde los jóvenes son coaccionados a unirse a las filas criminales bajo amenazas a ellos o a sus familias.

Este método aumenta la presión sobre las comunidades locales, que ya están lidiando con la violencia y la intimidación de los cárteles.

La magnitud de la violencia en Chiapas es ilustrada por eventos como el ocurrido en la comunidad de Nueva Morelia, en el municipio de Chicomuselo.

El 12 de mayo, miembros de ‘El Maíz’, una facción del CJNG, atacaron la comunidad, resultando en la muerte de 11 personas, incluyendo cinco mujeres y seis hombres.

Las víctimas habían resistido las amenazas y agresiones del cártel, lo que provocó la represalia violenta con drones y explosivos.

El elevado nivel de marginación y las limitadas oportunidades económicas en Chiapas son factores cruciales que facilitan el reclutamiento por parte de los cárteles.

Ofrecen dinero y otras recompensas a los locales para participar en diversas actividades ilícitas, desde el cultivo hasta el transporte de drogas.

Esta situación no solo perpetúa el ciclo de pobreza, sino que también incrementa la inseguridad y la violencia en la región.

La lucha entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación por el control de Chiapas está profundamente arraigada en factores geográficos, económicos y sociales.

La región, crucial para el tráfico de drogas, se ha convertido en un campo de batalla, con graves consecuencias para las comunidades locales.

La combinación de reclutamiento forzado y voluntario, alimentada por la pobreza y la marginación, destaca la complejidad y la gravedad de la situación en Chiapas.

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