Fusión de ciencia y sabor
Una tendencia que ha cautivado a los amantes de los postres es el helado con nitrógeno líquido, una experiencia única que involucra el uso de esta sustancia a temperaturas extremadamente bajas, para congelar los ingredientes del helado de manera instantánea.
El nitrógeno líquido, que hierve a una temperatura de -196 grados centígrados, se evapora rápidamente al entrar en contacto con los ingredientes. Esta rápida evaporación crea un efecto visual impresionante, ya que el helado se forma en cuestión de segundos, creando una nube de vapor que añade un toque teatral a la experiencia de degustación.
No sólo es un espectáculo visual, sino que también tiene beneficios en términos de textura. Al congelarse de forma instantánea, los cristales de hielo que suelen formarse en los helados tradicionales son mucho más pequeños, lo que resulta en una textura suave y cremosa que se deshace en la boca.
Este proceso también permite una mayor personalización de los sabores y la creación de combinaciones únicas.
Los ingredientes pueden ser mezclados y congelados al instante, lo que lleva a la creación de sabores inusuales como helado de frutas tropicales con chile o incluso helado de queso de cabra con miel y pistachos.
Aunque el helado con nitrógeno líquido ha ganado popularidad en los últimos años, su origen se remonta a las técnicas de cocina molecular desarrolladas en la década de 1960 por el químico Hervé This y el físico Nicholas Kurti.
Estos pioneros exploraron cómo la ciencia podía transformar la gastronomía, y su trabajo sentó las bases para muchas de las técnicas culinarias innovadoras que vemos hoy en día.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el uso del nitrógeno líquido requiere precaución y conocimiento debido a su extrema temperatura. Los chefs y heladeros que trabajan con esta técnica deben seguir estrictas medidas de seguridad para evitar quemaduras o lesiones.
Fuentes:
Science Friday
Mental Floss