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Hogar y salud: ¿Te urge hacer limpieza?

Conoce los rincones más sucios de tu vivienda, para que puedas atacar directo el problema del polvo y otros residuos.

La lucha contra la suciedad es tarea diaria dentro de los hogares, puesto que en el momento en que se deja de limpiar una superficie o un objeto se presenta la más mínima oportunidad de que lo sucio vuelva.

No es tarea fácil mantener las superficies y los artefactos cotidianos pulcros por un tiempo prolongado, sobre todo cuando en el ambiente pululan partículas como las del polvo y elementos provenientes tanto de humanos como de animales y plantas.

Precisamente por esto, lo más recomendable es tener localizado al enemigo: ¿en qué lugares de tu casa se hospedan más fácilmente partículas y bacterias de cualquier tipo que no permiten mantener completamente el manto de la limpieza?

Conoce al enemigo

Si bien se cuida de asear ciertas áreas, probablemente las más visibles, hay otras que se obvian por completo y se descarta automáticamente su lavado, ya sea porque o “no se ven” sucias o porque nadie se imagina que necesiten limpiarse.

No obstante, es en estos lugares y objetos insospechados en los que se debe tener un cuidado especial, dado que el olvido involuntario de asearlos muy posiblemente ya ha ocasionado una acumulación de contaminantes diversos que pueden afectar la salud.

Uno de estos objetos es la cafetera, un artefacto cotidiano que es necesario mantener limpio a través de estrategias sencillas como la descalcificación con productos suaves que pueden adquirirse en el supermercado; es recomendable descalcificar después de 100 tazas de café.

Esta estrategia debe de implementarse puesto que la cafetera acumula los depósitos minerales que trae el agua: descalcifica con algún artículo destinado para esto agregándolo al agua de la cafetera y poniéndola en funcionamiento algunas veces hasta que quede sin producto.

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Otro de esos lugares que necesitan de cuidado es el horno porque, aunque sus altas temperaturas aniquilan las bacterias, hay que considerar que elementos como la grasa que se queda ahí dentro puede llegar, incluso, a ocasionar un incendio.

La limpieza es sencilla: aunque existen productos en el mercado especiales para hacerlo, es mejor utilizar bicarbonato, vinagre y jugo de limón porque no contaminarán los alimentos en el caso de que queden residuos invisibles a tus ojos.

Por otro lado, los ventiladores son uno de los lugares predilectos del polvo, ya que en las astas de estos suele acumularse muy fácilmente, provocando que el aire que emiten se encuentre contaminado y que por ende, pueda dañar la salud.

Evita que se activen alergias de los usuarios de la vivienda: siempre es importante limpiar regularmente las astas de los ventiladores a través de su desarmado (si es el caso) y pasarles un trapo húmedo.

Aunque las personas llegan a cambiar las sábanas y demás ropa de cama de manera regular, muy pocas ponen realmente atención a un lugar en el que se llega a acumular una gran cantidad de suciedad fácilmente: los colchones.

No basta con un cambio de sábanas, también hay que limpiar los colchones de las camas a través de la aspiradora (preferiblemente usando bicarbonato y teniendo la atención de volverlo a aspirar para retirarlo), así como del uso de quitamanchas.

Contra bacterias

Otro objeto cotidiano al que se tiene que prestar atención son las esponjas para lavar platos, ya que suelen acumular bacterias (incluyendo la salmonella y la listeria) debido a su humedad y los restos de comida que permiten que se alimenten.

Lo más recomendable es cambiar la esponja de cocina de manera frecuente, dado que métodos como el calentarlas en hornos de microondas no terminan por eliminar todas las bacterias (incluso algunas no sólo sobreviven, sino que se vuelven más resistentes).

Otros objetos y lugares de acumulación de contaminantes son las bolsas reutilizables, el tubo de la secadora y los lavavajillas, en los cuales es posible eliminar la suciedad con el simple hecho de lavarlos o retirar la pelusa, según el caso.

Con conciencia de los lugares insospechados del polvo y las bacterias, es posible llevar a cabo una guerra frontal por el cuidado de la salud, evitando la acumulación de cualquier partícula que ponga en riesgo la paz y el bienestar general.

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