Contra las grasas trans
En busca de proteger la salud de la población, las autoridades gubernamentales implementarán acciones para que no se utilicen ácidos grasos trans en la producción industrial: esto es lo que significa la medida.
Un camino legislativo que comenzó en el año 2021 con una iniciativa de ley se convirtió en un decreto presidencial, encaminado a implementar normativas y procesos para frenar el consumo de grasas trans en el país; a continuación, los detalles.
La prohibición gubernamental contra los ácidos grasos trans producidos industrialmente (AGT-PI), mejor conocidos como grasas trans, vincula su origen con la intención de alinearse a los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuya meta es que su producción industrial sea eliminada para el año 2025.
En busca de materializar esta visión, a finales de marzo el presidente Andrés Manuel López Obrador publicó un decreto que ya puede consultarse en el Diario Oficial de la Federación (DOF), y que consiste en la adición de un artículo 216 Bis a la Ley General de Salud.
La disposición anterior establece que los alimentos, bebidas no alcohólicas, aceites y grasas no podrán contener en su presentación para venta al público aceites parcialmente hidrogenados, que hayan sido añadidos durante su proceso de elaboración industrial.
Adicionalmente, se señala que el decreto entrará en vigor en septiembre próximo y que será la Secretaría de Salud la encargada de establecer las bases para cumplir con el precepto, por lo que es necesario que se puntualicen las normativas para el sector industrial.
Autoridades en guardia
Para llegar al decreto presidencial que combate a los AGT-PI, las autoridades mexicanas recorrieron un camino de casi dos años; en octubre de 2021, el Senado votó por unanimidad su eliminación, para después turnarse a la Cámara de Diputados en febrero pasado.
Luego de también avalar la minuta por unanimidad -con 472 votos a favor-, ésta fue remitida al Ejecutivo Federal, traduciéndose en un decreto que establece su restricción; tales acciones han sido aplaudidas por autoridades nacionales e internacionales.
Luego de aprobarse la iniciativa por diputados y senadores, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, felicitó al gobierno de México a través de un mensaje en Twitter.
“Felicidades, legisladores de México por prohibir las #grasastrans. Éste es otro ejemplo del papel crucial que juegan los parlamentarios en la toma de decisiones de salud pública. OMS da la bienvenida a este movimiento audaz y espera que más países sigan su ejemplo”, publicó en su cuenta @DrTedros.
Por su parte el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell celebró la publicación del decreto a través de su perfil @HLGatell, donde señaló que la ley debe de enfocarse al bien común y no en favores a particulares.
“Hoy se publicó en el @DOF_SEGOB el decreto de adición a la Ley General de Salud que prohíbe grasas trans en alimentos y bebidas. Esta medida histórica, con el Etiquetado Frontal, contribuirá significativamente a prevenir muertes por consumo de productos ultraprocesados”, escribió.
Implicaciones para la industria
La modificación a la Ley General de Salud para prohibir las grasas trans añadidas en el proceso industrial de alimentos, bebidas no alcohólicas y aceites y grasas comestibles repercutirá, de inicio, en su producción.
Esto debido a que el decreto implica que el sector industrial deberá modificar la preparación de los alimentos que no cumplan con la norma para continuar comercializándose.
Al respecto, la senadora Lilia Margarita Valdez Martínez alertó que entre las industrias que más utilizan estos aceites hidrogenados corresponden a aquéllas que elaboran galletas, panes, pasteles, dulces, botanas y frituras.
La legisladora, que ha fungido como una de las principales promotoras de la iniciativa, detalló que los alimentos que más contienen grasas trans son las mantecas vegetales, margarinas, galletas dulces y saladas, así como caramelos, aderezos y palomitas de microondas; igualmente la crema batida, leche alta en grasa y bebidas preparadas a base de helado, entre otros.
¿Por qué hacen daño?
A través de un comunicado, el Gobierno de México detalló que las grasas no son necesariamente perjudiciales, pues las que se obtienen de alimentos naturales son un componente importante en la dieta diaria, que provee de energía al cuerpo y ayudan en la absorción de vitaminas.
Puntualizó que esto no sucede con las grasas trans, pues éstas se forman a través de un proceso industrial que añade hidrógeno al aceite vegetal, lo que hace que el aceite se vuelva sólido a temperatura ambiente.
Este proceso altera tanto el sabor como la consistencia de los productos, con el objetivo de obtener un gusto estable durante largos periodos de tiempo y evitar que se echen a perder; de ahí que sean comúnmente utilizados por el sector industrial, informó.
Tales grasas se consideran las más dañinas, pues no sólo aumentan el colesterol de lipoproteína de baja densidad -llamado comúnmente “colesterol malo”- sino que también reducen el colesterol de lipoproteína de alta densidad, nombrado como “colesterol bueno”.
Las autoridades enfatizaron que una alimentación alta en grasas trans aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas, las cuales representan una de las principales causas de muerte en el mundo; de ahí que busquen frenar su consumo a través de normativas.
De las buenas
Existen grasas de origen natural que ayudan a evitar a que el colesterol se deposite en exceso en el interior de las arterias; a continuación, algunas de ellas:
Aceite de oliva
Aceitunas
Almendras
Cacahuates
Nueces
Semillas de chía
Atún
Salmón
Sardina
Listos para el combate
Existen algunas prácticas alimenticias y hábitos de la vida diaria que pueden aplicarse para contrarrestar el consumo y efecto de las grasas trans:
Evitar consumir productos procesados.
Revisar el etiquetado frontal.
Elegir productos lácteos reducidos en grasas.
Mantener una alimentación variada y balanceada.
Realizar ejercicio de manera habitual.
Fuentes:
Senado de la República
Gobierno de México
Alianza por la Salud Alimentaria