Feministas acusan protección a juez y catedrático del IPN acusado de agresión sexual
Organizaciones feministas denunciaron al Tribunal Superior de Justicia Local por proteger al juez Carlos Ruiz Viquez Cuevas de una acusación de agresión sexual.
CIUDAD DE MÉXICO.- Feministas acusan protección a catedrático del IPN acusado de agresión sexual.
Organizaciones feministas acusan "protección" de un juez del Tribunal Superior de Justicia Local (TSJ-CDMX) a un catedrático del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quien fuera acusado por una empleada del mismo plantel de agresión sexual y violencia de género, al no vincularlo a proceso a pesar de las pruebas en su contra.
La víctima, quien pidió se omitiera su identidad, denunció que el juez del poder judicial capitalino, Carlos Ruiz Viquez Cuevas, coordinador del Centro Nacional de Cálculo del Instituto Politécnico Nacional (IPN), protegió a su agresor al desestimar las acusaciones que formuló en su contra por evidenciar y transferir imágenes de contenido sexual de su persona.
Denuncia protección de agresión sexual
La afectada confió en las instituciones de la Ciudad de México y atendió el llamado que cada semana hace la Fiscal Ernestina Godoy, por lo que acudió en 2021 a presentar una denuncia por delitos contra la intimidad sexual y tentativa de feminicidio en contra Carlos Ruiz Viquez Cuevas, quien era su pareja sentimental.
La víctima asegura que su agresor le advirtió que "nada pasaría", pues tenía las suficientes relaciones y contactos para que el caso quedará en la ignominia.
Esto a pesar que durante la audiencia la mujer presentó pruebas como: mensajes de tipo íntimo, fotos de ella desnuda y teniendo relaciones sexuales, que este individuo compartió con sus amistades y amenazas que sufrió cuando optó por denunciar dicho delito.
El tortuoso juicio, que careció de perspectiva de género, se extendió por más de medio año, y al final cuando el Tribunal de enjuiciamiento emitió su determinación, la víctima escuchó del Juez Daniel Urriste lo que ninguna otra mujer quisiera enterarse: "El acusado es inocente".
El agravió no concluyó con la sentencia no condenatoria, sino con tantos problemas de carácter sicológico, económico y social que ahora enfrenta la víctima de 28 años de edad, quien ve con tristeza y arrepentimiento, el haber hecho público en un juicio su caso, pues el daño moral le quedará de por vida.