"Mi principal preocupación es cuidar a mi bebé y a mi esposo", dice 'Nadia' a sus 14 años
“Ahora mi principal preocupación es cuidar a mi bebé, atender a mi esposo y cuidar la casa”, dice “Nadia”, quien a sus 14 años ya no “puede” pensar en terminar de estudiar a pesar de que le gustaría hacerlo.
A los 13 años de edad ella 'eligió' casarse porque no le gustaba que en la casa de su papá vivieran tantas personas.
Vivir en un cuartito y tener que cuidar a sus hermanos la llevaron a decir ‘acepto’ a su ahora marido, un hombre de 23 años, a quien conoció cuando ambos trabajaban como jornaleros en Villa Juárez, Sinaloa.
Como ella, más de 6.800.00 mujeres entre 12 y 17 años se han casado o viven con su pareja, según estadísticas de Save the Children.
Dicha organización sigue de cerca el caso de “Nadia” y de otros menores que viven en esta situación, la cual afecta principalmente al género femenino.
En promedio, se casan 60 veces más mujeres menores de 15 años que hombres, quienes suelen ser hasta 30 años mayores que ellas.
Sólo el 14% de niños menores de esta edad contrae matrimonio con mujeres u hombres de entre 18 y 29 años. Y en el caso de los hombres de 15 a 17 años, más del 60% se une a personas de su mismo rango de edad, indicó Comunicación e Incidencia de Save the Children.
Matrimonio infantil, una práctica que no está penada en México
La ONU considera que el matrimonio infantil –sea formal o informal– es una grave violación a los derechos de la infancia; pero en México esta práctica no está penada y en algunas entidades federativas aún es legal.
Lo más importante es inhibir y desestimular esta nociva tradición, no solo a través de una norma más estricta, sino también de un cambio cultural, indica Juan Martín Pérez, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), que junto a Save de Children lucha contra el problema.
Para ampliar los horizontes de las menores de edad, y que el matrimonio no sea su única opción o la imposición de su entorno comunitario, es necesario que el Estado desarrolle políticas públicas, dijo Pérez.
Es pobreza un factor determinante
En algunos pueblos indígenas, la mitad de la población de cero a 18 años viven en situación de pobreza, lo que implica carencias en muchos de sus derechos, por lo que muchas mujeres deciden o incluso con obligadas a casarse porque a los padres se les paga una dote.
Derechos vulnerados
Las uniones precoces violentan tres derechos fundamentales –a la educación, a la salud y a una vida libre de violencia–, sobre todo en el género femenino.
"Al casarse, muchos menores dejan la escuela. La mayoría de hombres, para incorporarse al mercado laboral en condiciones precarias o informales; y las niñas, para dedicarse a labores del hogar o debido a embarazos prematuros".
Estar embarazadas vulnera su derecho a la salud, además de que, por esa situación, muchas son obligadas a unirse o casarse. "Una niña o adolescente no se encuentra física ni mentalmente preparada para ser madre: está en riesgo de sufrir muerte materna".
Según la OCDE, México es el país con más gravidez adolescente: Una de cada cinco embarazadas es menor de edad. Para Piedras, esto se debe a la falta de políticas públicas y garantías a los derechos sexuales de la infancia.
Respecto de la tercera vulneración, indica: las mujeres que se casaron antes de los 18 años de edad viven 57% más violencia física, 61% más violencia sexual, 23% más violencia económica y 11% más violencia emocional en comparación con aquellas que lo hicieron después de los 18 años.
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