Un día como hoy nació Luis Donaldo Colosio
Luis Donaldo Colosio Murrieta nació un 10 de febrero de 1950 en Magdalena de Kino Sonora, hijo de Luis Colosio Fernández y Armida Ofelia Murrieta García, quienes se establecieron en Sonora.
Colosio inició en 1967 sus estudios profesionales en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, donde obtuvo el título de licenciado en economía en 1972. Así mismo cursó estudios de maestría en la Universidad de Pensilvania y, en 1979, realizó una estancia de investigación en IIASA, en Laxenburg, Austria. En 1980, se desempeñó como profesor de economía en el Colegio de México, la UNAM y la Universidad Anáhuac, en esta última institución conoció a Diana Laura Riojas, con quien se casó en 1982. Del matrimonio nacieron dos hijos, Luis Donaldo (1985) y Mariana (1993).
Luis Donaldo fue miembro del Partido Revolucionario Institucional, se desempeñó como diputado, senador, presidente de su partido político y titular de la Secretaría de Desarrollo Social de México. Fue candidato a la presidencia de México por el PRI hasta su asesinato el 23 de marzo de 1994.
Hay quienes aseguran que si Colosio no hubiese muerto, tendríamos en las manos un México diferente, algunos incluso se atreven a mencionar que seríamos una potencia mundial y que, habría justicia, estabilidad, seguridad y un real acercamiento social, un mejor México.
El destacado político se definía a sí mismo como “producto de la cultura del esfuerzo”, rechazaba las ideas de la colocación por “dedazo”, el “tráfico de influencias” y la injusticia. En su búsqueda de un mejor futuro para el país, se desempeñó como diputado, senador, presidente de su partido político y titular de la Secretaría de Desarrollo Social de México, hasta que finalmente logró la candidatura a la silla presidencial.
En 1994 dio uno de los discursos más conmovedores, fuertes y polémicos en la historia de México, iniciando con su famosa frase “Veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales”.
Este discurso en el Monumento a la Revolución aquella mañana de Marzo de 1994, los mexicanos vieron en el candidato el rompimiento con el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, habló de un México agraviado y en crisis, con hambre y profundas diferencias sociales, sin embargo con una esperanza.
El 23 de marzo de ese mismo año, alrededor de las 16:05 horas, Colosio llegaba a la ciudad de Tijuana, donde alrededor de 4 mil personas se reunieron para ver al candidato que las masas llamaban Acto de Unidad.
Cerca de las 17.00 horas, Colosio bajó del estrado, caminó sus últimos trece metros y medio en la explanada, entre los saludos y afecto de la gente debió tardar unos doce minutos, todo iba bien hasta que uno de los asistentes pasó sobre el cerco de seguridad, puso un revólver Taurus calibre 38 cerca del oído derecho del candidato y disparó.
No conforme, en medio de la desesperada huida, lanzó un segundo disparo que alcanzó a Colosio en el abdomen, quien cayó al suelo inconsciente,
En medio de la confusión, el grupo de seguridad capturó a un hombre de unos 25 años, de complexión delgada, tez morena y pelo rizado, vestido con pantalón de mezclilla y una chamarra negra, identificado como Mario Aburto Martínez, quien aseguró haberlo planeado solo.
“Mi padre debe ser, ante todo, una esperanza. No quiero que se le recuerde con tristeza, con desánimo, sino con optimismo, con fe en el porvenir de México”, escribió en la presentación del libro “Colosio; el futuro que no fue”, su hijo Luis Donaldo Colosio Riojas.