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“Te quiero mucho mamá, pero me van a matar”

“Te quiero mucho mamá, pero me van a matar”, fue parte de la última conversación que Yudith tuvo con su hijo ese 15 de noviembre de 2015, cuando él le habló por teléfono desde Tijuana. Nunca más volvió a escuchar su voz y tampoco a saber lo que había sido de él.

Pasó más de un año para que Yudith Arcadia Cuevas tuviera noticias de los restos de su hijo, pues comenzó con investigaciones por su propia cuenta, ante la lentitud y burocracia de la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Fernando Humberto Palma Arcadia, de 22 años, es uno más de los desaparecidos en Baja California, que se suma a una lista aproximada de 350 en todo el Estado, de acuerdo a los registros con los que cuenta la Asociación Unidos por los Desaparecidos de Baja California.

Yudith logró dar con una fosa clandestina en un hotel abandonado conocido como La Playita. Le pagó a migrantes e indigentes para que le ayudaran a escarbar en el predio, pues la Procuraduría les había dicho que esperaban la autorización de un juez.

En una primera excursión, encontraron el teléfono celular de su hijo y uno de sus zapatos. Luego regresaron y, en base a información obtenida de manera anónima, localizó los restos de dos personas enterrados debajo de unas escaleras.

Uno de ellos llevaba la ropa con la que su hijo fue visto por última vez.

Las obvias condiciones del cuerpo impidieron su identificación, por lo que se debía de realizar un análisis comparativo de ADN, sin embargo, el perfil genético de Yudith no resultó compatible con los restos. “Me dijeron que el ADN de la mujer va cambiando, pero el que no cambia es el del padre, el abuelo o el hermano”.

Su padre biológico, residente de Nayarit, ya fue requerido para brindar la muestra de ADN. Su padre adoptivo y ex pareja de Yudith, personaje de la Zona Norte de Tijuana que había pasado 8 años en prisión, fue asesinado el 19 de agosto de este año, cuando iniciaría la búsqueda de los restos de su hijastro.

Fernando, de acuerdo a su madre, era estudiante y posteriormente entró a trabajar a una tienda departamental. A la salida de su padrastro de prisión, decidió irse con él a Tijuana. “Solo se fue con él para que me lo mataran”, recuerda

Yudith.

Un nuevo banco de datos sobre perfiles genéticos sera recolectado por instituciones de los tres niveles de Gobierno, que servirá para comparar con los perfiles genéticos de restos humanos que han sido localizados en fosas clandestinas

en Baja California y que permanecen como no identificados.

Del 11 al 15 de diciembre, en los Hospitales Generales del Estado, se llevará a cabo la jornada para la recolección de

muestras genéticas, por parte de personas que tengan a algún familiar desaparecido, sin importar si lo denunciaron o no.

Anteriormente, la toma de muestras se realizaba a través de una orden de la fiscalía, con una denuncia de por medio. Ahora, estas muestras formarán parte de un banco de datos a nivel nacional, que brinda a familiares de desaparecidos la esperanza de saber lo que finalmente pasó con sus restos.

“Es importante que vayan, con o sin denuncia, y sin miedo”, expresa Yudith, quien en la Asociación Unidos por los Desaparecidos encontró las fuerzas para buscar a su hijo, y que, como madre, le ha dado la oportunidad de darle una sepultura digna a sus restos.

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