Sacrifican estudiantes alimento y diversiones para solventar traslados
El costo de la tarifa del transporte público no es el único ‘dolor de cabeza’ al que se exponen los estudiantes, pues el precio especial al que tienen derecho, genera discriminación por parte de algunos conductores. Así lo señalaron estudiantes del Campus Central de la Universidad Autónoma de Baja California.
Al ser cuestionados acerca del servicio público, añadieron que los recientes cambios de empresas proveedoras de tarjetas electrónicas para cada empresa transportista han generado confusión y molestias, teniendo que pagar pasaje completo cuando su plástico no es válido.
En promedio, los universitarios que se trasladan en transporte público gastan 300 pesos semanales por trasladarse en camión, lo que se traduce en mil 400 pesos mensuales. Para quienes son foráneos, el egreso representa un ajuste importante en sus finanzas.
“Desde que empieza la semana tengo que separar el dinero porque es indispensable, para eso está uno aquí haciendo el sacrificio, para ir a la escuela.
Pero además hay que pagar renta, comida, materiales de la escuela, entonces usar cuatro camiones diarios al precio que está, sí infla mucho el gasto”, comentó Miriam, de 21 años.
Alimentación variada, útiles escolares de calidad y salidas por diversión, son los gastos que sacrifican los estudiantes que dependen del uso del transporte público, para garantizar su asistencia a la escuela.
“APAGAN LAS MÁQUINAS”
Por disposición municipal y para apoyar sus finanzas, existe el descuento especial para estudiantes, cuya tarifa actualmente es de 6 pesos por pasaje, que se paga en las unidades a través de una tarjeta electrónica concedida exclusivamente a alumnos de todos los niveles educativos.
Estudiantes hacen sacrificios para pagar transporte y empresas no hacen válidos los descuentos
Sin embargo, quienes son beneficiarios señalaron arbitrariedades y mal servicio. “Me ha tocado ver que a veces la máquina está tapada, dicen que no sirve, pero parece como que apagan las máquinas, como que no quieren que paguemos de esa manera, no les ha de convenir y a nosotros no nos tratan igual”, dijeron Laiza Osorio y Eduardo Vaquera.
“A veces no te quieren aceptar la tarjeta, que porque la máquina no sirve, y te piden que pagues completo. Otras veces se van de paso en cuanto te ven en la parada afuera de la escuela, o si traes la tarjeta en la mano, ya ni te levantan”, agregaron Luis Ángel y Brian.
Para evitar esa circunstancia, los alumnos optan por esconder la tarjeta y mostrarla una vez dentro del camión, provocando en algunos conductores una molestia que se traduce en malas caras y a veces, regaños, de acuerdo con el testimonio de Verónica Hernández.
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