Requiere Mia apoyo para terapias
Cuando Mía estaba en el vientre de su madre un virus se alojó en su cerebro, provocando una condición llamada microcefalia, discapacidad poco conocida entre la gente que requiere de costosas terapias, siendo esto el mayor reto a vencer para lograr su óptimo desarrollo.
Su nombre completo es Mía Castillo Montaño, a sus cuatro años llama la atención de los curiosos que se detienen a observar sus grandes ojos cafés, enmarcados por una bella melena rizada.
Ingryd Castillo Montaño de 26 años, es la madre de Mía, quien tiene que lidiar con la desinformación y prejuicios que replican los padres de familia a sus hijos, cuando procuran alejarlos de Mía pensando que se podrían contagiar, idea 100% falsa.
“La principal limitante es que la gente no siente empatía, me pasa que los niños quieren acercarse a la niña y el papá lo jala del brazo como si le fuera a contagiarle algo, por falta de información”, relató.
La microcefalia es la consecuencia de una inmadurez cortical en su cerebro, explicó Castillo, su cerebro no se desarrolló completamente y quedo muy pequeño, como consecuencia de un virus que la atacó durante su gestación llamado Citomegalovirus.
A los cinco meses de edad realizaron una visita al Hospital General (HG), por una infección urinaria de Mía, hasta ese momento fue que los médicos le diagnosticaron microcefalia, luego de notar que su cabeza no era del tamaño correspondiente a su edad.
Aunque la microcefalia se puede diagnosticar desde el embarazo, no hubo una señal previa, hasta ese momento su crecimiento y desarrollo era normal, comentó Castillo.
El médico le instruyó que necesitará terapia toda su vida, con el fin de estimular su cerebro y así lograr avances para su desarrollo, desde entonces la familia de Mía ha luchado para proveérselas.
A los dos años y medio, Mía empezó a sufrir convulsiones, por lo que necesitó de cuatro medicamentos. Al presentar avances notorios, hoy en día solo toma dos tipos de medicamentos, desde hace año y medio no convulsiona.
“Si sigue bien, le van a quitar otro medicamento, pero esto es gracias a las terapias, si ella no las hiciera seguiría convulsionando, su cuerpo no tendría fuerza y se estaría atrofiando”, declaró.
No hay expertos
Encontrar el sitio donde le ofrezcan a Mía terapias idóneas para su discapacidad ha sido un verdadero viacrucis, ya que las instituciones públicas no le ofrecieron métodos que proyectaran avances en el desarrollo de la pequeña.
“Empezamos en el HG, pero la verdad no había una técnica especializada, no fue factible, fui a los CAM (Centro de Atención Múltiple), y me di cuenta que tampoco era lo que necesitaba”, aclaró.
Tuvieron que acudir a Sonora, para que Mía recibiera la terapia ideal a su discapacidad, a través de un método llamado Philadelphia, sin embargo al ser muy especializado e implicar constantes viajes, el costo ascendió de forma insostenible.
“Gracias a ese método ya se puede sostener sentada y arrastrarse, sostiene su cabeza, tiene fuerza en brazos y espalda, algo que no parecía factible en las instituciones de aquí”, comentó.
Al ser muy pesado económica y físicamente estar yendo a otro estado, decidieron buscar otra opción en la localidad, encontraron una institución que tiene un costo mensual de 8 mil pesos para poder ir de lunes a viernes.
Actualmente el principal reto de Mía es gatear, no pueden esperar más tiempo por la maduración del cerebro. La institución les ofrece la posibilidad de emitir como deducibles de impuestos las aportaciones.
Indiferencia en empresas
Castillo ha tocado la puerta de 18 empresas en busca de apoyo, sólo una aceptó aportar un porcentaje de la mensualidad por seis meses en el anonimato, el resto señala que se han mostrado indiferentes y simplemente le han contestado un tajante no.
“Es muy difícil, parece que no hay una cultura por parte de las empresas, he ido a 18 de las cuales una aceptó ayudar a Mía con una parte, la empresa prefiere el anonimato, trato de explicarles que podemos hacer el deducible pero se niegan”, reveló.
Si bien Ingryd trabaja junto a su esposo, tiene para sacar al día los gastos del hogar y sus dos hijas, sin embargo el costo de las terapias supera la capacidad de gasto de la familia por el momento.
Mía es una niña con carácter fuerte y gran parte de lo que ha logrado es gracias a su personalidad, aunque le duela en los ejercicios, su expresión refleja empeño y ganas de moverse.
“No tengo una limitante, no podemos decir que sólo caminará con andador, o si logrará hablar, todo será conforme a la terapias físicas, auditivas, el seguimiento médico”, detalló.
Para recaudar fondos Castillo informó que instalaron botes en algunas tiendas, exhortó a las empresas a que la ayuden con el fin de abonar al desarrollo de la pequeña Mía.
La terapia neuro-física es la básica para Mía, Castillo necesita cubrir los meses hasta septiembre cuando menos, para ayudarla puede pedir información al (686)1679451 o consultar su página en Facebook “Mia Castillo M”.
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