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“Quizás no sea su padre biológico, pero el amor que les tengo es incomparable”

Jorge Alfonso de 40 años de edad tras sufrir un accidente, comentó que tener a su cargo una Casa Hogar, es como si Dios le hubiera dado una segunda oportunidad de vivir.

“Quizás no sea su padre biológico, pero el amor que les tengo es incomparable”

En un espacio donde el amor, la bondad y el respeto se perciben desde el primer instante, es como vive Jorge Alfonso Garcia, quien desde hace 6 años es el director y padre de la “Casa Hogar Integración Familiar Bethel”.

Ahí en Bethel (casa de Dios en hebreo) donde las paredes señalan las tareas y reglas de convivencia de una casa donde habitan 10 niños, Jorge expuso que tener una casa hogar jamás estuvo en sus planes, pero que la vida le tenía otro camino.

ACCIDENTE

Jorge quien trabaja como “viene viene” por las noches en una taquería de la ciudad, comentó que todo empezó después de sufrir un accidente automovilístico en Los Cabos donde perdió un ojo y la movilidad de uno de sus brazos, dejándolo a la deriva y sin rumbo fijo.

“Fue algo difícil de superar, yo trabajaba allá y el regresar a Mexicali fue prácticamente iniciar desde cero con mi esposa, pues yo no tenía trabajo”.

“Pero fue cuestión de tiempo para ponerme a trabajar en un supermercado donde la hice de todo, donde estuve voceando hasta las ofertas del súper para luego decidirme y estudiar la carrera en Ingeniería en Tecnologías de la Información, lugar donde encontraría mi lugar en este mundo”, indicó.

 

PRIMER CONTACTO

Jorge expresó que su primer contacto con una casa hogar fue mientras estudiaba dicha carrera, pues gracias a la materia de Ética y Valores, tenía que hacer voluntariado en una. Expuso que al llegar y conocerla fue la chispa que originó todo, pues aún sentía un vacío que debía llenar, ya que su accidente no debía ser en vano.

“Si Dios te da una segunda oportunidad debes aprovecharla y buscar hacer algo bueno y cambiar la vida que llevabas, pues de eso se tratan las segundas oportunidades” “Yo la primera vez que estuve en una casa hogar me vestí de payasito y al ver la reacción y el poder que puedes tener de llevar alegría, fue algo que me llenó mucho, dándome cuenta que hacer esto valía toda la pena”

“Así que en esa casa duré 5 años como voluntario, lugar donde aprendí mucho y me di cuenta que yo podría hacerme cargo de una, pues varios niños nos siguieron, así que ahora todo tenía que estar en forma y dimos el paso necesario”, comentó.

 

TRABAJO Y VOLUNTAD

Jorge quien esos momentos le preparaba ahora a sus niños el desayuno para ir a la escuela, indicó que el trabajo que se ha hecho durante este tiempo ha sido con base en esfuerzo y sobre todo, voluntad.

Expresó que como en todos lados, existen retos y desafíos que te impiden llegar al objetivo, pero que ha sabido superarlos con constancia y gracias al equipo de personas que también hacen posible que la casa avance.

“El querer tener una casa hogar no es sencillo, hay mucho trámite y reglas que cumplir que si no tienes paciencia puede caer todo, pero en nuestra casa no lo íbamos a permitir y debo dar gracias a mi esposa, y al equipo de psicólogos que lo hacen posible”.

“Aquí es de hacer tareas, sentarse a platicar con ellos y ofrecerles lo mejor, pues ellos se merecen tener”.

“Esta casa que tenemos actualmente fue una gran oportunidad, pues el espacio que teníamos antes no era suficiente, pero esperamos este año comprarla y hacerla vitalicia para la asociación pues los niños lo son todo en esta casa”, expresó.

AMOR Y NADA MÁS

El señor Alfonso Garcia el cual con una sonrisa indicó que una noche antes se había desvelado jugando turista con sus muchachos, pues su labor de padre también es consentirlos, comentando que la clave siempre ha sido el amor.

Expuso que los niños que viven con él, los trata como si fueran sus hijos biológicos, pues su visión es que en Bethel sea un factor de cambio positivo en la vida de cada uno de los niños.

“Un joven de 19 años que vivió en esta casa y que cuando me visita me diga ¿papá en que lo ayudo? es algo que no tiene precio, pues él sabe que siempre va a contar conmigo, porque ser papá no es por un ratito, ser papá es de por vida”.

“Así que puedo decir que me pongo triste cuando se que mis niños no estarán por siempre y que me encantaría tenerlos más tiempo, pues son lo más precioso que alguien podría tener”, mencionó.

 

PLANES A FUTURO

Jorge comentó que en un futuro, les gustaría crecer como asociación y ampliar las instalaciones, pues la idea es que la actual casa se convierta en oficinas y consultorios.

“Me encantaría que pudiera estar aquí un consultorio médico, psicológico y dental a precios accesibles al igual que tener atención para niños de otras casas hogares, porque siempre se necesita de un lugar para llevar a los niños de emergencia”.

“Pues la intención es que este lugar esté permanente siempre, y quien quiera sumarse es bienvenido pues siempre se agradece la ayuda de corazón”.

“Porque como repito, los niños se merecen tener un espacio digno, donde el amor y la comprensión sea el estandarte que guíe nuestro camino a donde quiera que vayamos”, expresó.

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