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“Me despierto pensando que sigo intubado”: sobreviviente de Covid

Sergio Pineda Ortiz señala que volvió a nacer, luego de vencer al Covid, aunque ahora lucha por volver a la normalidad.

Agitado despierta a las 4:00 de la mañana, por un segundo pensó que los tubos ahogaban su garganta y que aún permanecía en coma. Son las secuelas psicológicas de Sergio, quien también libra una batalla física para recuperar al 100% su movilidad, tras el Covid-19.

Sergio Pineda Ortiz, vio su vida pender de un hilo, tras contraer el Covid-19, aun contra todo pronóstico, pues se presumía sin enfermedades asociadas al desarrollo grave de la enfermedad: como diabetes, hipertensión u obesidad.

Ahora, como si fuera un sobreviviente de guerra, tiene cicatrices en su rostro por los tubos del ventilador mecánico, sufre de la pérdida de movilidad en ambas piernas y dos dedos de su mano izquierda, depresión y episodios de ansiedad nocturnos.

Aunque la batalla continua, Sergio platica con destellos de optimismo, pues ahora valora más que nunca, el simple hecho de tomar una buena bocanada de oxígeno, luego de haber sufrido un ahogo paulatino que poco a poco apagaba su existencia.

Todo inició a mediados de mayo, cuando los hospitales de Mexicali, atravesaban la peor crisis de ocupación, Sergio relata que sintió algo similar a una alergia, la cual, él y su médico, la atribuyen al natural cambio de clima.

Pasaron pocos días, presentó fiebre y su oxigenación se derrumbó a un 50%, razón por la que fue internado inmediatamente en un hospital privado, ya que Sergio, tiene el buen habito de pagar su seguro desde hace años.

Los pulmones de Sergio estaban colapsados, le dieron oxígeno y 48 horas para que mejorara, de lo contrario, tenía que ser inducido a coma, para poder intubarlo; sabiendo que solo uno de cada diez sobrevive en esas condiciones.

“A las doce horas me dijo el doctor ‘o te intubo, o tienes 50% de probabilidad de vivir, estás muy grave, tus órganos no están funcionando’. Se te viene el mundo encima definitivamente”, recordó Pineda.

“Lo que inhalaba yo de aire, era mínimo, porque me dolían los pulmones, agarraba aire y aguantaba la respiración 25 a 30 segundos, y lo soltaba despacio, llegó un momento en que ya estaba muy cansado”, relató.

Sergio tembló de nervios, al observar al personal médico que comenzaba a tomarle medidas a su cuello, a traer artefactos para inducirlo a coma e introducir los tubos en su garganta.

“Me decían vas a descansar, porque fueron días muy largos, mi preocupación era no saber si iba a estar oyendo, o desesperado por no poder moverme. No supe de mí, lo sorprendente de la ciencia, es que yo sentí que cerré y abrí los ojos, no se siente nada”, relató.

“Me dejaron una semana, gracias a Dios no supe nada, me desperté, cuando me quise levantar me di cuenta que tenía tres mangueras conectadas, una en el cuello, sí es mucho estrés para tu cuerpo, son heridas de guerra”, detalló.

El Covid-19 es una enfermedad muy solitaria, ya que solo veía a los ojos de los médicos y enfermeras a través de su equipo de protección, sabía la hora por el cambio de turno, recordó.

Ortiz pasó una semana intubado, sumaron dos semanas hospitalizado en estado crítico, debido a la demanda de camas, lo enviaron a su casa con una enfermera a terminar de recuperarse, pensó que esa fase sería la última; estaba equivocado.

SECUELAS

La debilidad mermó su cuerpo, perdió 16 kilógramos aproximadamente, la mayoría de masa muscular, tuvo que llevar terapia física por varios meses, sin lograr mejorar la movilidad, sobre todo en uno de sus pies.

La secuela más grave del Covid-19 y de haberlo inducido a coma, es una neuropatía en tres extremidades, así se lo diagnosticaron tras una electromiografía, en la que explican que sus dedos y una de sus piernas están dañadas de sus nervios, son condiciones reversibles.

Lo que ahora ocupa a Sergio, es su otra pierna, donde detectaron que el nervio peroneo y el musculo llamado tibial, están noqueados, es decir, tiene apenas un 0.02% de actividad, por lo que corre el riesgo de que no vuelva a la normalidad.

Esto significa que la lucha se alargará cuando menos un año más de terapia física y medicamento neuronal, Sergio explica que trata de ser positivo ante este panorama, ya que agradece estar vivo.

Las secuelas psicológicas son otro aspecto del que poco se ha hablado, declaró Sergio, ya que el Covid avasalla con los proyectos de vida, este cambio de la noche a la mañana puede provocar depresión y cuadros de ansiedad.

“Me he tratado en cuestión de que en las noches de repente se te viene a la mente que estuviste intubado, que se te acababa la vida de la nada, de estar en teoría sano, con proyectos, ha sido muy difícil, complicado con mi familia, porque cómo pedir apoyo”, confió.

Explicó que es importante fomentar la información sobre las consecuencias post Covid; ya que muchas personas pasan por estas situaciones y no saben qué hacer, mermando su recuperación.

NO ME VA A PASAR

Sergio tuvo Covid-19 por neumonía grave, a pesar de no tener el perfil, por eso hizo un llamado a la población a cuidarse, ya que no hay nada que lo exente de desarrollar esta condición.

“Yo me atendí desde el primer momento que sentí la alergia, y mira hasta donde llegó la línea”, reflexionó.

Recordó que su hija, y la mamá de su hija también resultaron positivas al Covid-19, pero no desarrollaron la enfermedad grave.

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RESPIRAR

La gran lección para Sergio tras este duro capitulo, es priorizar y darle valor a lo que se tiene a diario, como la posibilidad de respirar, estas situaciones le hicieron valorar la vida y madurar.

“Para mí lo más valioso es respirar, que hubiera dado en ese momento para sentirme respirar, es algo que tenemos diario y no lo valoramos”, compartió Sergio Pineda.

SALIR DE ESTA

Cuando Sergio llamó a su familia antes de ser intubado, le dijeron que saldría del hospital con vida para seguir adelante en la crianza de su hija, esa sentencia fue el motivador que lo impulso a nunca pensar en entregarse a la enfermedad.

“Fue una llamada a la mamá de mi hija... es un tema muy sensible, estaba asustado, y me acuerdo que me dijo que íbamos a salir juntos de esta, los tres, que me querían mucho, y le creí, eso me mantuvo”, comentó conmovido.

“A parte las oraciones y los buenos deseos sí llegan eh, porque me sentía con mucha fuerza, yo me sentía con mucha fuerza por las palabras de mucha gente, y ahí fue cuando me sentí como súperman”, explicó.

La video-llamada que realizó después de despertar del coma, fue impactante para él y su familia, al verlo con heridas, mucho más delgado, y lleno de tubos, fue una situación incluso traumática, calificó.

Finalmente, compartió que no se debe olvidar que la vida es mucho más que una enfermedad, no obstante, hay que seguir cuidándose con las medidas básicas de seguridad e higiene.

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