Enfermero a prueba de desastres enfrenta Covid en epicentro
Francisco Meza Guzmán le tocó estar en el terremoto de 7.2 grados y ahora enfren- ta la pandemia de Covid.

Ayudó a los enfermos en el terremoto que sacudió a Mexicali en el 2010, ahora, enfrenta a un nuevo enemigo, atendiendo desde que llegó el primer enfermo de Covid-19 a la Clínica 30; el desastre natural y sanitario, forjaron la experiencia del enfermero Meza.
Francisco Meza Guzmán, es enfermero del área de Urgencias en la Clínica 30 del IMSS en Mexicali, Baja California; con 23 años de experiencia, se sigue sorprendiendo de lo que una nueva enfermedad, implica para la salud humana y la sociedad.
“Esto es enfrentar un enemigo que no puedes ver, no saber a ciencia cierta cómo te puede atacar,
y no tener a la mano las suficientes herramientas para enfrentarlo como debería de ser, aun así hacemos el trabajo acorde a lo que tenemos”, declaró el enfermero Meza.
“Porque nos gusta hacerlo”, es la principal razón para ayudar a los enfermos más graves de Covid, a pesar del riesgo que implica para su salud y la de su familia, declaró el experto en salud.
En su trayectoria de enfermero, cuando menos la mitad de este tiempo, ha trabajado en el área de Urgencias; a partir de la pandemia, su lugar de trabajo se convirtió para la atención de las emergencias Covid-19.
LLEGA EL COVID
A pesar de la incertidumbre de atender al primer paciente con Covid-19 en la Clínica 30, el enfermero Meza y sus colegas, estuvieron firmes en su atención; pero en cada historia, hay momentos de flaqueza, como cuando le anunciaron que uno de los policías contagiados, había perdido la batalla.
“El primer paciente que estuvo aquí en la Clínica 30, yo lo manejé, fue un muchacho que tuvimos en Urgencias, con las debidas precauciones, la debida protección, guantes, lo que debe uno de llevar, y el aislamiento”, relató.
El enfermero Meza, Calificó como impactante el número de contagios, y ver a la gente que depende de un hilo su vida, un día pareciera que van muy bien, y para el otro, fallecen.
“Yo tuve la oportunidad de atender a uno de los policías, platiqué con él, al día siguiente me dicen ‘es que está intubado’, y al día siguiente ‘ya falleció’, esos son detalles, que híjole, de verdad te hacen valorar cada instante que estás viviendo, porque sí me tocó personalmente vivir eso”, compartió.
“Básicamente es algo que no podemos decir, el cómo va a evolucionar, unas personas evolucionan a bien y otras no, lamentablemente. Lo único que hacemos es darle su tratamiento con lo que nosotros tenemos a nuestro alcance”, declaró.
La pandemia llegó igual que aquel terremoto de hace diez años, nadie estaba preparado, ni la ciudadanía, ni los sistemas de salud, la diferencia, es que el coronavirus ha sido más letal para la población.
“Nadie está preparado, puedes ver las cifras mundiales, ni la población civil, ni los propios sistemas de salud, estaban preparados para algo de tal magnitud”, declaró el enfermero de la clínica 30.
“De un momento a otro las circunstancias te pueden cambiar la vida, valoras más el tiempo que puedes estar trabajando o con la familia, le das el valor exacto a cada cosa, no malgastas el tiempo porque entiendes que en cualquier momento puedes estar contagiado”, reflexionó.
LA UNIÓN HACE LA FUERZA
La unión es el valor que ha sacado adelante a cientos de enfermos de Covid-19, declaró Meza que gracias a que han logrado trabajar en equipo, se han fortalecido en todas las áreas del hospital Covid.
La crisis emocional que pueden venir cargando los trabajadores de salud, no ha mermado en el ánimo de Meza, recordó que por su experiencia en otros momentos críticos, como en el terremoto del año 2010, aprendió a seguir trabajando pese a las adversidades y los riesgos.
“Ahí estuve ayudando a salir a los pacientes, haciendo guardias, recuerdo aquel domingo estuve toda la tarde y toda la noche, estuve yendo y viniendo a mi casa, han sido situaciones muy impactantes, en esta ocasión también lo ha sido”, declaró.
LO MEJOR
Aunque los riesgos de atender la pandemia, son latentes, a Meza lo motiva nada más y nada menos que la gratitud de un paciente que salió adelante luego de una enfermedad.
“En lo personal, y me da pena decirlo, tengo la grandiosa fortuna de ir por la calle, y de pronto se me acerca la gente y me Dice ‘oye te acuerdas de mÍ, yo fui tu paciente, gracias por tu atención’, yo no les digo que no me acuerdo, pero esa es la satisfacción que me deja y me ha dejado todo este tiempo, son cosas que uno se lleva hasta el último de los días”, dijo.
ATAQUES
Si bien existe la gratitud de un paciente, solo es un lado de la moneda, reconoció que también existen los sinsabores de la profesión, ya que con el Covid-19, ha polarizado la sociedad, algunos en apoyo, y otros con ataques, amenazas y discriminación al personal de salud.
“De hecho ayer tuve una situación así con un familiar de un paciente, que entró a servicios de urgencias, y nos amenazó, nos dijo que si le hacíamos algo a su familiar, nos íbamos a meter en un problema, cuando en realidad nosotros no hacemos nada de eso, y es algo que la gente no entiende, no encuentro el motivo por el cual la gente reacciona así”, declaró.
Señaló que son comportamientos sin fundamento, y a veces se ve acentuado porque la gente que desea una atención oportuna, pero por la gran magnitud de pacientes que tienen, a veces no se logra, hay que recordar que el IMSS atiende a más de la mitad de la población.
La pandemia implicó grandes cambios en su rutina, ahora debe mentalizarse para estar a lo menos siete horas sin tomar agua y sin ir al baño por los materiales de protección personal.
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