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El médico que se llevo el Covid esperando poder volver a ayudar

El pasado 2 de Diciembre el doctor Alzate, se sumó a las víctimas de la pandemia en Mexicali, sus hijas relatan lo que significa no haber tenido la oportunidad de despedirse cara a cara.

El Covid-19 pudo apagar la vida del doctor Renán Alzate, pero no la lección que deja a su familia y sociedad, a quienes siempre sirvió con base en la empatía y buen ánimo; tanto así, que previo a su contagio, estaba animado por volver a su consultorio.

El pasado 2 de Diciembre el doctor Alzate, se sumó a las víctimas de la pandemia en Mexicali, sus hijas relatan cómo este duelo implica grandes dificultades, al no haber tenido la oportunidad de despedirse cara a cara, en sus últimos momentos de vida.

Las hermanas Daniela y Fernanda Alzate Hernández, recordaron que la muerte de su padre, reveló el cariño que le tenía gran parte de la sociedad, ya que muchos estaban agradecidos por su servicio médico en la colonia González Ortega.

Renán Alzate, nació en Escuinapa, Sinaloa, el 24 de septiembre de 1950, desde sus seis años se crió en tierras Cachanillas, en su juventud quería ser psicólogo, ante la falta de oferta de esa carrera, optó por la medicina, considerando que de esa forma podría servir a la gente.

El doctor Renán se ganaba la confianza de la gente y sus pacientes, por su espíritu empático, bromista y templado, describieron sus dos hijas mientras sonreían al recordarlo.

Estudió en la UABC, se casó y tuvo dos hijas, era conocido entre la comunidad de la zona oriente de Mexicali, ya que ofrecía consulta a cientos de personas, en el Centro de Salud, González Ortega, falleció a sus 70 años.

“Siempre te sacaba una risa, todo mundo lo recuerda de esa manera, siempre con la chispa. Algo que no le gustaba era ver sufrir a los pacientes”, explicó Fernanda Alzate.

“Él se involucraba tanto con el paciente, que terminaban contándole su vida, y al final tenían una conexión, pienso que por eso la gente se encariñaba tanto”, explicó Daniela Alzate.

El galeno inspiraba confianza, era directo, y tenía el don de la paciencia, pero el secreto de su éxito, era el especial trato humano hacia sus pacientes, que probablemente practicaba ante su deseo no cumplido de estudiar psicología.

PANDEMIA

Cuando llegó la pandemia el doctor Alzate, tuvo que obedecer las indicaciones institucionales, y resguardarse, tanto por su edad, como por su hipertensión, no obstante, estaba deseoso de que le dieran “luz verde”, para volver al consultorio.

“El tenía sus cuidados, estuvo en casa toda la pandemia, trataba de no alarmarse”, recordaron. Fernanda mencionó que no lo miró hasta por tres meses, con el fin de protegerlo de un contagio, “Se notaba que él ya quería regresar a su trabajo, estaba esperando la luz verde”, describió.

“Los síntomas fueron muy rápidos, el cuadro evolucionó, se llevó al hospital, estuvo una semana en casa, y una semana en hospital, fue muy rápido”, mencionaron, seguido de un profundo suspiro.

DESPEDIDA

“Mi papá no quería fallecer en un hospital, porque no tienes la oportunidad de ver a tu familia, de despedirte de él, de tomarle la mano, hasta que se tenga que ir, eso es lo difícil, que no estás ahí de cerca”, recordó Daniela con la voz entrecortada.

“Es muy difícil, es algo que todavía no lo platicamos, porque siempre estamos payaseando mucho, recordando a mi papá, pero recordándolo de esa manera, creo que es algo que ninguna de las tres, lo hemos podido abordar, pero nos está persiguiendo”, confesó Daniela.

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“La última vez que lo vi, estaban los enfermeros, los camilleros, le dije ‘papá ya te vas’, y ya, ya no lo volví a ver, ya no supe qué pasó, si pudo respirar mejor, tenía sus altibajos, a mi no me consta porque no lo vi”, compartió Fernanda.

“Es muy difícil estar de este lado, porque solo recibes una llamada, un minuto, y ya, es todo lo que sabes, es algo que siempre estás piense y piense”, explicó Fernanda.

“Es un proceso, obviamente es un duelo, pero las cosas que nos dejó, lo que hizo, todas enseñanzas y sus ejemplos es algo que llevamos”, comentó Daniela.

Las hermanas se expresaron sorprendidas al darse cuenta de todo el cariño expresado a su padre a través de Facebook, y llamadas, ya que no dimensionaban cuánto lo querían por fuera, por lo que consideran que fue una gran persona para el mundo.

La más grande lección que dejó el doctor Alzate es “Disfruta, sonríe, y sé feliz”, finalmente sus hijas enviaron un abrazo solidario a las personas que enfrentan una pérdida por el Covid-19, ya que si bien todo fallecimiento es difícil, en estas condiciones se vuelve más complicado.

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