El “Rechivache” da segunda vida a material musical
Reutilizando materiales como casetes y discos de vinilo en desuso, “El Rechivache” da una segunda vida al material musical como arte decorativo, con el objetivo de inspirar una cultural sustentable entre los mexicalenses.
El “Rechivache” es un proyecto incubado por María Griselda Rodríguez Rojas y su esposo Juan Carlos López Vázquez, desde hace dos años han llevado los productos de la música al destino de la reutilización sustentable.
La idea comenzó hace cuatro años cuando decidieron unir sus vidas, ya que el primer proyecto fue decorar su propio hogar reutilizando materiales de artefactos que ya no funcionaban.
“Cada uno de los detalles en nuestra casa está elaborado por sus manos, hace percheros con muebles viejos, hizo un librero a partir de un mueble para ropa, cosas de ese tipo que les dimos utilidad”, comentó Griselda.
La epifanía se dio cuando en una salida cotidiana fueron a pasear a uno de esos bazares que los mexicalenses visitan de noche para evitar el calor, en donde encontraron muchos discos de vinilo. Explicó que son discos que no sirven, pero se les puede dar una utilidad, así que empezó haciendo relojes, compraba los
mecanismos por separado, al no tener un trabajo estable emprendió el negocio sustentable.
Iniciaron con los relojes, pero la gama de productos se fue diversificando a decoraciones para la pared, pulseras, carteras y lámparas hechas con casetes, entre otros accesorios, relató la emprendedora sustentable.
“Inspirándonos en los materiales botados a la basura fue que decidimos hacer las lámparas con estos desperdicios de plásticos”, comentó la ecologista.
TENEDORES Y CUCHARAS
La piel delicada de Griselda, fue la inspiración para crear joyería hecha de cubiertos como tenedores y cucharas antiguas, siendo este un material de acero inoxidable caracterizado por su nobleza hipoalergénica que no se desgasta.
“El empezó a fabricarme mis accesorios y creemos que es algo que podemos comercializar también, este es el producto más reciente que estamos lanzando”, informó Griselda.
Esta actividad ha resultado apasionante para la pareja, ya que la vida basada en el “úsese y tírese”, no va acorde con su conciencia ambientalista, siendo ésta la esencia del proyecto.
Cada día dedican alrededor de seis horas creando las piezas, calcula que han evitado que cientos de materiales de plástico terminen en un relleno sanitario donde se le dejaría la carga a la madre naturaleza la biodegradación del material.
Las opiniones hacia su trabajo han resultados contrastantes, ya que los ultra conservadores, se han llegado a ofender por las modificaciones y usos de los discos y casetes.
“Nos dicen que cómo le hicimos eso a un disco que les gusta, y pues les explicamos que es con discos que ya no tenían un uso o estaba dañado, dándole así una nueva vida, hay otras personas que lo califican de una artista, él se cataloga como un artesano”, declaró.
Reflexionó que la cantidad de plástico que se desecha es enorme y el porcentaje que se vuelve a utilizar es muy pequeño, si bien el negocio no rescata a gran escala, tienen la aspiración de concientizar a su entorno y que se repliquen estas prácticas.
“También queremos inspirar a que las personas lo hagan en sus casas, aquí los asesoramos si tienen ganas de hacer ese cambio, por pequeñito que sea, hay que buscar alternativas”, compartió.
Señaló que el sueño ideal de la familia es poder sostenerse de un negocio que no afecte al medio ambiente, resaltando que el poder reutilizar artículos antiguos da un toque único, para ello pueden ofrecerles los servicios o compartir ideas.
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