Asalto a las tierras, el regreso de la tierra a quien la trabaja
Este año se conmemora el 81 aniversario del Asalto a las Tierras, movimiento que devolvió a los campesinos del Valle de Mexicali la posesión de tierras otorgadas a estadounidenses por el presidente Porfirio Díaz.
Fue en 1937 cuando Hipólito Rentería y Leonardo Guillén encabezaron la lucha por hacer cumplir el Artículo 27 de la Constitución Política Mexicana, donde se indica que las tierras no pueden estar en manos de extranjeros.
La historiadora y promotora cultural Yolanda Sánchez Ogás, detalló en la publicación literaria “Así ocurrió todo”, que fueron 305 mil hectáreas del delta del Río Colorado las que el gobierno porfirista otorgó a la Colorado River Land Company, mediante un contrato firmado en 1904.
Desde 1912, la Colorado inició la explotación agrícola del Valle, utilizando un sistema barato y eficaz que le permitió obtener extensas áreas cultivables.
Las tierras enmontadas y desniveladas eran rentadas a inmigrantes chinos y japoneses, quienes tenían la obligación de nivelar y desmontar, así como de abrir canales y caminos; además, estaban obligados a sembrar algodón. Así se creó “el rancho algodonero más grande del mundo”.
Los escasos mexicanos que vivían en el valle sólo podían trabajar como peones, y aun esta actividad era difícil, porque los chinos que rentaban parcelas preferían ocupar a sus connacionales que llegaban al valle.
Dicha situación generó la inconformidad de los campesinos, sobre todo a partir de la formulación de las leyes agrarias de 1915 y 1917.
Fue así como un grupo de campesinos, dirigidos por el coronel Marcelino Magaña Mejía, solicitaron tierras al gobierno. Ante la indiferencia de las autoridades mexicanas por dar respuesta a su solicitud, los campesinos se posesionaron de un predio conocido como Rancho Corona.
Debido a las proporciones que iba adquiriendo el movimiento magañista, el gobernador de Baja California, Abelardo Rodríguez, decidió comprar al italiano Carusso su terreno y lo vendió a 230 campesinos mexicanos, a cada uno de los cuales correspondieron 16 hectáreas.
Así se formaron las primeras colonias con propietarios mexicanos, en 1925, núcleo conocido como Progreso y Anexas.
Sin embargo, de esta venta no correspondió ninguna parcela a los seguidores de Magaña, razón por la que éstos se desanimaron y el grupo se desintegró.
La idea de la tierra para los mexicanos estaba ya en la mente de algunos, y a partir de 1926 se inició la formación de sindicatos campesinos, algunos de los cuales luchaban por mejores salarios.
Otros iniciaron la lucha por la tierra y sufrieron la represión de la Colorado, como fue el caso del Sindicato Enrique San Martín de Álamo Mocho, cuyos integrantes en 1930 fueron perseguidos, hasta que algunos resultaron encarcelados. Igual suerte sufrieron otros sindicatos a lo largo de varios años.
LÁZARO CÁRDENAS
En 1934 llegó a la Presidencia de México el general Lázaro Cárdenas.
En 1936 dio a conocer su Proyecto de Integración de los Territorios, mediante el cual se creó una Comisión Intersecretarial que trataría de resolver los múltiples problemas que aquejaban a Baja California.
Ante la perspectiva de lograr un apoyo del Presidente, algunos campesinos encabezados por Hipólito Rentería, los hermanos Guillén, Filiberto Crespo y otros, iniciaron la organización de comunidades agrarias, las cuales formaron la Federación de Comunidades Agrarias, correspondiendo a Rentería dirigirla.
El 25 de enero de 1937, reunidos los campesinos en la escuela Emiliano Zapata de la colonia Cerro Prieto, decidieron tomar las tierras de los ranchos donde trabajaban y que pertenecían a la Colorado, para de esa manera acelerar la aplicación de la Reforma Agraria en el Valle de Mexicali.
La acción se concretó el día 27 del mismo mes. La represión de la Colorado actuó sobre los campesinos y en las diversas comunidades fueron éstos detenidos y llevados a los sótanos de Palacio y a la cárcel de Mexicali.
Ahí permanecieron poco tiempo, debido a que se recibió una orden presidencial para su liberación.
Pocos días después salió a la capital del País una comisión de campesinos, para entrevistarse con el Presidente y darle a conocer la situación del valle. En respuesta, llegó una comisión encabezada por el jefe del Departamento Agrario, Gabino Vázquez.
LOS EJIDOS
Después de recibir solicitudes de tierras, se inició el reparto, y sólo tres meses después de esta acción ya se habían formado cuarenta ejidos con 100 mil hectáreas, con lo que se beneficiaron setecientas familias.
La aplicación de la reforma agraria en el Valle de Mexicali significó el principio de la nacionalización, y el rescate de las tierras de manos extranjeras
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