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Amortigua dolor de familias que les fue arrancando un integrante

Gabriel Gutiérrez ayuda a familias a salir adelante luego de perder a un ser querido a causa del Covid-19.

Amortigua dolor de familias que les fue arrancando un integrante

Con los mismos riesgos de contraer la mortal enfermedad que un médico o enfermera, más el peso de cargar el estado anímico de todo un nosocomio, incluso el de sí mismo, Gutiérrez enfrenta desde una trinchera muy particular, las heridas emocionales que ocasiona una de las peores tragedias en la historia moderna.

Las víctimas del Covid-19 van más allá de contagios y muertes, alcanzan a cada uno de sus seres amados que enfrenta un duelo; a ellos, se ha entregado el experto en salud mental Felipe Gabriel Gutiérrez Rivera, psicólogo del Hospital General de Mexicali (HGM).

“Soy un ser humano igual que todos, cuando se escuchó que venía, al principio hubo miedo, pero ese miedo, se tuvo que ir transformando, para enfrentar todo lo que iba a venir, el miedo fue un factor que determinó en mí, la oportunidad de poder ayudar a todas las personas que fuera necesario”, explicó.

El psicólogo apoya en un área distinta a la que acostumbraba, como a todos, el Covid-19 vino a interrumpir y modificar su rutina, ritmo y riesgos de trabajo, desde las formas de atender psicológicamente el duelo de las familias, hasta el equipo de protección personal con el que debe lidiar día a día.

“Estamos enfocados en apoyar desde otros puntos de vista a las familias de los pacientes, les damos apoyo emocional, para que no tengan miedo de dejarlos, porque aquí se les atiende con todo lo que se tiene”, aclaró.

Los retos son arduos, sus intervenciones tienen que descartar la intimidad de un consultorio, esto implica atender a una madre, padre, hijos, destrozados por una pérdida, en plena zona pública del hospital.

“Hemos dado apoyo en la rampa de Urgencias, en el área de ‘Triage’, tenemos el debido cuidado para dar esas terapias breves, por la situación, y del acompañamiento que se les da, la tranquilidad de que el personal estará en comunicación”, explicó.

DUELO

El duelo que vive una familia que perdió a un integrante por elCovid-19, se vive de forma distinta, ya que no se permiten los tradicionales rituales de despedida, como una velación, o volver a ver su cuerpo, esto causa mucho enojo, que de vez en cuando es canalizado en contra de la misma familia o el personal de salud.

“He sabido de familias que se han separado, y eso no debe de ser, sí es doloroso definitivamente, pero deben de estar más unidos, no físicamente, pero la tecnología puede ser un buen aliado para poder darse apoyo emocional”, explico.

La desesperación y frustración de querer entrar a ver su familiar, ha ocasionado que muchas familias manifiesten su enojo en contra del personal, incluso rompiendo los protocolos del hospital.

“Lo que nos queda es dejar que ese enojo fluya, hay situaciones en que te reclaman, te amenazan incluso, he aprendido a manejarlo porque es parte de su desesperación al ver que su familia se está ahogando”, describió.

“Después de un momento, a veces el familiar se calma, y a veces hasta te piden disculpa, yo les digo que no hay nada que perdonar, porque soy empático, y si estuviera en sus zapatos, tal vez yo actuaría igual”, platicó.

SALUD MENTAL

Comentó que es importante tener una mente sana para combatir el coronavirus, ya que el estado de ánimo, es un factor importante en la calidad del desempeño de las defensas del sistema inmunológico.

“Hay que equilibrar las emociones, y no se le ha prestado mucha atención, hemos buscado la forma de hacerle ver al personal que no está solo, que le eche ganas, cualquier palabra de ánimo, busco la manera de expresarles el agradecimiento de manera sencilla, es una forma valiosa de ayudar al personal”, dijo.

“Mucha gente ha logrado mantenerse en casa, pero es un arma de doble filo, estar encerrado tanto tiempo tiene estragos, y ya que pase todo esto se tiene que atender, porque existe el ‘Síndrome de la Cabaña’, en el que después de mucho tiempo solo, tienen ansiedad, depresión, hasta pensamientos suicidas”, explico.

ADAPTACIÓN

Con pandemia o sin pandemia, uno siempre que estar dispuesto a dar más, señala el psicólogo, en su caso la adaptación implica darle más tiempo al trabajo, utilizar un traje especial, y hacer sacrificios personales, como renunciar al contacto para proteger a sus seres amados.

“Los duelos no son nada fáciles, si traen un familiar, muchas veces llegan tarde, sufren el fallecimiento, eso me ha impactado bastante al grado de que yo también he tenido que buscar ayuda, el que digan que aquí son héroes, es bonito, pero en realidad seguimos siendo humanos”, reflexionó.

“Hay compañeros que a veces sienten que se están derrumbando, pero tenemos el apoyo para hacerle ver que no está solo, a mí me ha pasado, de tantas situaciones que he visto, hubo un momento en que tuve que ‘resetearme’ y volver a empezar”, dijo.

Reconoció que llegó a sufrir una crisis por el hecho de no poder acercarse lo suficiente a una persona y ayudarle con una intervención, ya que debe de anteponer su seguridad física, y en consecuencia la de su familia.

“Yo no pude tener un contacto para poder ayudar, y fue un detonante, que me frustró, me enojó, fue cuando dije, necesito platicar esto, sacarlo, afortunadamente me atendió un colega y me hizo ver muchas cosas y seguí adelante”, añadió.

El ser un experto en salud mental, no exime al psicólogo de pasar por emociones negativas, como la angustia de saber que su hermano se contagió, no obstante, logró contener el sentimiento, y su familiar salió avante de la enfermedad.

“No poder ver a tus padres porque son personas mayores, y a parte tener que ocultar que mi hermano estaba enfermo, para que no se preocuparan, afortunadamente todo salió bien”, recordó.

VIVOS Y NO CARROZAS

No todo son momentos de amargura, cuando dan de alta a personas de la tercera edad, mujeres, niños, bebés, hombres; es una alegría para él y el personal de salud, poder presenciar la salida de un sobreviviente, y no la llegada de una carroza.

“Ves el júbilo, la alegría, de no ver una carroza, ves una persona viva, ves a los compañeros camilleros, enfermeros, médicos que los despiden, eso es algo maravilloso, escuchar que les dan las gracias porque son para todos, desde el guardia, el administrativo, se reparte emocionalmente”, relató.

La mayor lección para Gutiérrez es que se debe atesorar la vida y la salud, que se recapacite la forma en que la sociedad se está alimentando, y que se cuestioneen la calidad de sus relaciones familiares.

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