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Juramento hipocrático

Los médicos son una profesión sui generis que los lleva a poner los intereses de los demás por encima de los propios. Es un compromiso que adoptan desde el principio de sus carreras.

Los médicos son una profesión sui generis que los lleva a poner los intereses de los demás por encima de los propios. Es un compromiso que adoptan desde el principio de sus carreras, a menudo en voz alta y haciendo eco de uno de los documentos más importantes y famosos de la ciencia médica: el juramento hipocrático. El juramento forma parte de los "Tratados hipocráticos" o Corpus hippocraticum, una gran obra atribuida al médico griego Hipócrates, considerado por muchos como el padre de la medicina, activo durante el siglo V a.C. El Corpus se difundió ampliamente en el mundo antiguo y contiene tratados sobre una amplia variedad de temas. Muchos de sus textos dieron forma a la medicina occidental durante siglos. El juramento, celebrado en el mundo antiguo, y más tarde mencionado por eruditos árabes, ofrece orientación médica sobre cómo deben comportarse quienes ejercen la medicina. El famoso texto tiene alrededor de 300 palabras y empieza diciendo... "Juro por Apolo médico, por Asclepio, Higía y Panacea, juro por todos los dioses y todas las diosas, tomándolos como testigos, cumplir fielmente, según mi leal saber y entender, este juramento y compromiso". Esos dioses mencionados con nombres propios son parte de una historia de amor, dolor, ira y venganza. Apolo, uno de los dioses olímpicos más venerados e influyentes de la Antigüedad clásica, se enamoró de una mortal llamada Coronis. Como no podía estar con ella todo el tiempo, envió un cuervo blanco a cuidarla. Pero cuando el cuervo le informó que Coronis amaba a otro hombre, el dios no contuvo su ira. Desató su furia primero contra el portador de tan desagradable noticia, tornando a ese y a todos los cuervos negros, y declarándolos aves de mal agüero. Coronis pagó con su vida pero con su último aliento le dijo a Apolo que estaba esperando un hijo suyo. El dios rescató al niño por nacer, Asclepio, y se lo entregó al centauro Quirón, maestro de Aquiles, Teseo y otros héroes griegos, para que lo educara en el arte de la medicina. Asclepio se convirtió en dios de la medicina y la curación, y sus hijas -nombradas en el juramento- eran Higía, la diosa de la curación, la limpieza y la sanidad (de cuyo nombre viene la palabra "higiene"), y Panacea, quien se decía que era capaz de hallar remedio para cualquier enfermedad. Según la leyenda, Hipócrates era descendiente de uno de los hijos de Asclepio. El texto termina diciendo: "Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar de la vida y recoger los frutos de mi arte y ser honrado entre todos los seres humanos por el tiempo eterno; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mí la suerte contraria". Mexicali es una frontera muy vulnerable y cuenta con zonas de muy bajo nivel económico como la zona de los santorales ubicada al oeste de la ciudad y sus habitantes en algunas ocasiones y a pesar de contar con agua y drenaje no tienen acceso a estos servicios por no contar con recursos para contratar una toma y una descarga domiciliaria, estos servicios son indispensables para contar con una buena sanidad comunal y personal, de aquí la pregunta obligada, ¿sabrán tanto las autoridades sanitarias y educativas si al menos todos los niños y adultos que habitan esa zona se asean diariamente utilizando agua y jabón?. Apoyemos a médicos y enfermeras, así, tú también estarás cumpliendo con el juramento hipocrático: estás honrando a los médicos por observar los códigos éticos de su arte al quedarte en tu casa cuando ellos te lo pidan.

*- El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.

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